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Alberto de Rosa, Opinión

Por una colaboración sincera

16 abril, 2020 • By

Llevamos más de un mes en Estado de Alarma por la crisis sanitaria del COVID19 que ha obligado a confinar a la mayor parte de la población y, como consecuencia, a parar casi toda la actividad económica. Esta decisión, absolutamente necesaria para ayudar a frenar esta crisis de Salud Pública, tuvo que tomarse de manera muy drástica, en parte porque se tardó en poner en marcha y en parte porque hubo muchas reticencias iniciales al necesario distanciamiento social, tal y como apunté en mi entrada al blog del 11 de marzo. Y la consecuencia es que ahora esta situación puede prolongarse mucho en el tiempo y tendrá graves efectos secundarios en la economía y en la sociedad.

Ya comenté en el artículo de la semana pasada que es el momento de poner las luces largas y prepararnos para afrontar una nueva realidad. Que de nosotros depende superar las consecuencias de esta crisis antes o después y que es necesario poner a un lado lo que nos separa y centrarnos en aquello que nos une. Pues bien. Aunque no parece que nuestros líderes políticos tengan del todo claro el itinerario a seguir, e incluso se contradigan en discursos y acciones y eso suponga que vayan al ralentí en la toma de decisiones, quiero resaltar de un modo muy positivo cómo el Presidente valenciano, Ximo Puig, está manteniendo videoconferencias con líderes empresariales y en un “ejercicio de realismo” sobre la situación generada por el COVID19, ha reconocido públicamente que sin la iniciativa privada, la recuperación es inviable. Del todo imposible. Me alegra mucho oír esto porque desde la primera entrada en este blog he destacado que la colaboración público privada es necesaria en todo momento, a pesar de los ataques de los populistas de siempre.

Pero ahora los gobiernos van a tener que enfrentarse a una cruda realidad: más de tres millones de personas afectadas por ERTEs a día de hoy, centenares de miles de pequeñas empresas que van a desaparecer, decenas de miles de familias que se han quedado sin ingresos de la noche a la mañana y unas arcas públicas que, si antes de esta crisis ya estaban fuertemente endeudadas, ahora van a tener que enfrentarse a una situación nunca antes conocida. “Tenéis todo mi respaldo (…) y dentro de mis competencias, vamos a apoyaros en los proyectos en marcha para superar esta situación”, aseguró Puig a los empresarios. Es una alegría que escuchemos al presidente de la Generalitat Valenciana diciendo esto. Y en mi caso, como responsable de Ribera Salud, la empresa que más ha trabajado de la mano de la Administración, nos sentimos totalmente respaldados por estas declaraciones. 

Ahora hay que pasar de las palabras a los hechos. Las buenas intenciones no bastan en una situación de emergencia nacional como la que vivimos. Todos, instituciones públicas e iniciativa privada, debemos trabajar juntos más que nunca. En realidad, esa ha sido siempre la voluntad de Ribera Salud. Forma parte de nuestro ADN. Esa voluntad de servir a nuestra comunidad, buscar siempre el interés general y garantizar la mejor atención sanitaria fue la base del nacimiento de Ribera Salud y de la puesta en marcha del primer hospital de España basado en un modelo único de colaboración público privado, el Hospital de La Ribera. 

Por cierto, pasados dos años de la finalización de esta colaboración, se ha puesto en evidencia que la reversión del Hospital de Alzira ha sido un desastre. Ya lo comentaremos en profundidad en otro post. Pero está claro: Toda realidad que se ignora busca su venganza.

Y volviendo a la colaboración público privada que ha puesto en valor el presidente Puig, desde Ribera Salud no solo hemos defendido siempre este modelo sino también la transparencia y evaluación periódica de los resultados asistenciales y la calidad en la atención. Y se da la circunstancia de que la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat Valenciana ha puesto siempre en valor la fortaleza y las ventajas de esa colaboración. El último informe al respecto se ha centrado en el Hospital Universitario de Torrevieja, y sus conclusiones no dejan lugar a dudas sobre sus ventajas. La lista de espera quirúrgica en Torrevieja es cuatro veces menor que la media de hospitales de la Comunidad Valenciana, su buena gestión supone un ahorro de 45 millones al año al gasto público, el 85% de sus pacientes están muy satisfechos con la atención que reciben y la iniciativa privada ha invertido 105 millones de euros hasta la fecha en este departamento de salud.

Además, ahora hay que añadir que es uno de los hospitales que ha liderado la defensa social frente al COVID19 y ha demostrado la fortaleza del sistema público, contribuyendo con una labor eficaz a la recuperación de muchos pacientes mientras daba seguridad a sus profesionales -no en vano, es uno de los hospitales de España con menos casos de profesionales infectados-. Así que sí. También el Hospital de Torrevieja ha demostrado el beneficio que reporta esta colaboración público privada a la sociedad en un momento de emergencia sanitaria como el actual.

Confío en que las palabras del presidente no se las lleve el viento y se conviertan en acciones reales. Y desde este blog, tiendo de nuevo la mano a nuestros dirigentes para seguir trabajando por una Sanidad excelente, donde el sistema público, en el que incluyo la gestión directa y la colaboración privada, sea cada vez más fuerte, buscando la suma de recursos. Desde el compromiso, la responsabilidad y la seriedad en la toma de decisiones, juntos seremos capaces de hacer frente a los retos que nos plantea el siglo XXI y a dificultades como las que estamos viviendo.


Alberto de Rosa, Opinión

¿Condenados a esperar?

23 diciembre, 2019 • By

Acaba el año con los peores datos de listas de espera de la Historia reciente de España. El Ministerio de Sanidad ha publicado esta información por comunidades autónomas a 30 de septiembre y el balance es nefasto. El tiempo medio de espera a nivel nacional ha pasado de 93 a 115 días en solo un año. Es decir, los pacientes tienen que esperar casi un mes más para ser operados que en 2018.

Es verdad que ésta es una situación con lo que llevamos conviviendo muchos años en el sistema público. Demasiados. Es una auténtica lacra, responsable de que el sistema sanitario español no sea resolutivo y perjudique seriamente a los ciudadanos, que tendrían que ser el centro del sistema y sin embargo, se sienten víctimas del sistema.

Más de medio millón de españoles pasarán estas Navidades esperando una intervención quirúrgica que, de media, se demora casi cuatro meses. Hay quien espera un año.

Me preocupa que, si pasada una quinta parte del siglo XXI tenemos las peores listas de espera de la Historia, todo indique que estamos ante un hecho estructural, no coyuntural.

Pero como ya decía Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Y eso es precisamente lo que hacen los responsables políticos. Es incomprensible escucharles hablar de soluciones tan poco efectivas como los autoconciertos -pagar para que los profesionales atiendan a pacientes de la lista de espera fuera de horas de trabajo-. ¿Por qué? Porque esta medida está desfasada, va en contra de un modelo de gestión eficiente, implica una política de personal trasnochada y se ha demostrado totalmente ineficaz. Cuando empecé a trabajar en el sector sanitario, en 1990, ya se decía que los autoconciertos no eran la solución, ya que es el propio sistema el que incentiva las horas extras, la falta de conciliación y el exceso de horas de trabajo, con la consiguiente reducción de la seguridad en el trabajo de los profesionales. Además, se crean auténticos cuellos de botella porque solo se aplica a los profesionales de especialidades quirúrgicas cuando otros como los médicos de familia o los pediatras tienen los mismos problemas de listas de espera.

Otra de las medidas que los políticos proponen una y otra vez, como si vivieran “El día de la marmota”, son los planes de choque. Hay gobiernos que se resisten a establecer conciertos estables y eficientes con el sector privado y aplican este tipo de medidas temporales, pensando que nos enfrentamos a un problema coyuntural, cuando no es así. Los planes d choque también se han revelado ineficaces en el largo plazo porque no reducen las listas.

¿Y cuál es la solución? No podemos hacer magia, pero todos tenemos que ser valientes: Los gobiernos para aplicar nuevas formulas de gestión en el sistema público, como el modelo de Ribera Salud o al menos herramientas que se han demostrado eficaces como una gestión moderna de los recursos humanos; y la iniciativa privada, para innovar y ofrecer la mejor atención sanitaria para los ciudadanos, con fórmulas de colaboración a largo plazo con la administración pública. Administraciones y empresas tenemos que poner siempre al paciente en el centro del sistema y motivar e incentivar a los profesionales con la consecución de objetivos- incluida la calidad asistencial, la demora, la adecuación en las estancias, las listas de espera etc-.

Las listas de espera son un problema estructural, y si queremos afrontar los nuevos retos de la Sanidad con determinación hay que ir al fondo de la cuestión, al principal activo del sistema que son los profesionales. Debemos darles el protagonismo que merecen y recompensas que no solo son económicas sino de reconocimiento profesional, flexibilidad y conciliación, formación e investigación, además de las retribuciones variables. Es necesario alinear los objetivos de los profesionales a los de  la organización, abrir servicios por la mañana y por la tarde y acabar con la rigidez de un sistema público que se resiste a actualizar su modus operandi. Además, es importante que trabajemos juntos en la apuesta por la tecnología como herramienta para facilitar el trabajo a los profesionales y mejorar la atención y la información a los pacientes.

Mientras sigamos haciendo lo mismo frente a los mismos problemas, el resultado no cambiará. La demostración más clara de que las cosas se pueden hacer de otra manera es el Informe de la Sindicatura de Cuentas de la Generalitat valenciana, donde este organismo asesor del Gobierno valenciano asegura que la lista de espera del hospital de Torrevieja es tres veces menor que la media de los hospitales valencianos.

En Ribera Salud somos valientes. No somos perfectos, pero siempre nos esforzamos por mejorar y ofrecer la mejor atención sanitaria. Y eso, al final, es poner de verdad al ciudadano en el centro del sistema y dar el protagonismo al principal activo del sistema, los profesionales, para que lideren el proceso de cambio.

Y dadas las fechas en las que estamos, aprovecho para desear una Feliz Navidad a todos los lectores de este blog y un buen comienzo del Año Nuevo.


Alberto de Rosa, Modelo Alzira, Opinión, Ribera Salud

Datos, datos, datos. Reflexiones sobre Madrid (Parte 2)

14 febrero, 2014 • By

Una vez paralizado el proceso de externalización en Madrid creo que es imprescindible preguntarse, ¿y cómo queda todo? Porque si todo queda igual, si se impone una visión inmovilista de la gestión del sistema  público para “que no se toque nada de lo que tenemos”, entonces nos estaremos gastando casi 200 millones de euros de más de los impuestos que los ciudadanos ponemos en manos de nuestros gobernantes (según datos de la Consejería de Sanidad de Madrid), y ¡solo hablando de este proyecto de externalización!

Si todo queda igual, si no se valora algo tan necesario en estos tiempos como es la puesta en marcha de iniciativas reformistas que pueden contribuir a cambiar la situación, entonces habrá que decidir entre hacer más recortes en otras partidas, o aumentar la presión fiscal, o empeorar las demoras o las condiciones generales del sistema o incumplir los compromisos de déficit pasando esta carga a futuras Administraciones, si nos dejan nuestros socios europeos, cuyos ciudadanos ya han hecho reflexiones y asumido cambios en el modelo de bienestar.

Y ¿qué crees tú que se va a hacer?

Si se trata de reflexionar sobre los próximos pasos en la colaboración entre la Administración Publica y el sector empresarial en sanidad, habrá que analizar y mejorar un aspecto que es imprescindible para la mejor comprensión de los agentes implicados en el valor que aporta el modelo PPP: la evaluación en los resultados en salud, la comparación en los datos asistenciales y la trasparencia de la gestión económica.

DATOS, DATOS, DATOS. Desde el Modelo que defiende Ribera Salud, siempre hemos sido partidarios de que se evalúe y se haga trasparente todo lo que se hace en nuestros hospitales y centros de salud y que los ciudadanos puedan compararlos con otros modelos de gestión para extraer sus propias conclusiones. Es el momento de apostar porque de una vez por todas se vean las listas de espera (verdadero copago del sistema público y cuyas consecuencias para la salud de los ciudadanos y coste oculto para el sistema habría que estudiar), las demoras en pruebas, consultas en atención primaria y hospital, tasas de mortalidad, reingresos, complicaciones, etc. etc. etc.

¿Y cuál es el modelo de sanidad pública que presuntamente se está defendiendo en la calle? Habrá que analizar los 17 sistemas de salud existentes en España, y poner sobre la mesa los datos de los 452 hospitales públicos de nuestro país, de los cuales solo un tercio está gestionado directamente por la Administración (fuente: El Economista 6-febrero-2014 http://diario.eleconomista.es/i/255397?token=) Y habrá que explicar a los ciudadanos qué modelo de sanidad pública es el que se está reivindicando; porque es necesario rendir cuentas a los ciudadanos y no con discursos políticos, que bastante politizado esta ya el sector, sino con datos objetivos y objetivables. Porque los resultados de salud no son ideológicos, igual que no es ideológica la docencia ni la investigación.

Hemos de entrenar a nuestras organizaciones y a nuestros gestores y profesionales a una nueva cultura del benchmarking y de la trasparencia. Si no, podría parecer que toda la oposición a estos nuevos modelos de gestión es porque queremos mantener un statu quo del pasado, del inmovilismo, de falta de rendir cuentas, de aprovechar las listas de espera para concertar con la privada, etc. etc. por parte de los que algunos ya llaman el SEPLA sanitario. Los que tan preocupados parecen por la calidad de la asistencia que reciben los ciudadanos, deberían haber salido a protestar contra las listas de espera en el sistema público, la infrautilización de las instalaciones y tecnología, las demoras y la inaccesibilidad o la inequidad en el sistema.

Yo quiero pensar que es el momento de avanzar en una nueva cultura de lo público y en la que la iniciativa privada tiene un importante papel a jugar como dinamizador y elemento de comparación dentro del sistema, para promover la introducción de herramientas de gestión y de cambios organizativos.

Si esto solo ha servido para mantener privilegios de algunos frente a las necesidades de muchos ciudadanos de una mejor utilización de los recursos públicos en un servicio tan esencial como el de la salud, el agujero negro del pasado, de lo carca, de aquello que como se dice coloquialmente “huele a naftalina”, se habrá impuesto a la modernidad de un país y un sector que quiere mirar al futuro y no permanecer anclado en formulas del pasado. ¿O sí?

DATA, DA TA, DATA. MORE REFLECTIONS ON MADRID HOSPITALS  (part 2)

Now that the externalization process in Madrid has been cancelled, one must wonder, “and now… what?”. If this is the end and there’s nothing else to be done, if the static vision of the public system succeeds in order to avoid any change, then, we’ll be spending 200 million € paid by the citizens’ taxes (according to data provided by Madrid Government ) only on the discussion about this project of externalization!

If everything remains the same, if the reformist initiatives which are trying to contribute to improve the situation are not valued, then, we’ll have to decide if other cuts should be applied, or if increasing tax burden, or if extending delays, or if breaking the deficit commitment, provided that our European partners agree… and taking into account that European citizens have already assumed important changes in their welfare state.

And, what do you think is next?

If the objective is to reflect on next steps regarding the collaboration between Public Administration and private sector in healthcare, it is essential to evaluate and to improve some fundamental aspects provided by PPP model: the health results assessment, comparison of results, and transparency in the economic management.

DATA, DATA, DATA. Ribera Salud has always defended the evaluation and transparency in every process carried out in our hospitals and primary care centers, so that this information can be compared to other management models and the citizen can draw their own conclusions. It is the moment to show the waiting list data, test delays, consultations at hospital and primary care centers, mortality rates, re-admissions, etc…

But, what is the healthcare model that the street demonstrations are defending?. The 17 different healthcare systems in Spain should be analyzed, and put the results of the 452 public hospitals in Spain on the table, only a third of them managed by the Administration (source: El Economista 6/2/14  http://diario.eleconomista.es/i/255397?token=).  The citizens must know the public model which is being claimed, not by politicized speeches but by objective data. The health results are not ideological information, nor teaching or research.

We have to implement in our organization a new culture of benchmarking and transparency, otherwise these new management models seem to intend to keep the status quo of the past, the stagnation, the lack of accountability, etc… Those who express their concern about the healthcare quality, they should have previously complained against the waiting list in the public system, the under-utilization of facilities and technology, the delays, the inaccessibility, or the  iniquity of the system.

I think this is the moment to move forward in a new culture for the public system, where the private initiative plays an important role as a revitalizing element to promote new management tools and other organization changes.

If this situation has served to keep someone’s privileges, instead of looking after the citizens’ needs in order to make better use of resources in an essential service such as healthcare, then, the black hole of the past will win out over the modernity of a country and a sector which wants to look at the future, and forget the old formulas of the past.


Alberto de Rosa, Modelo Alzira, Opinión, Ribera Salud

Yo lo veo así. Reflexiones sobre Madrid (Parte 1)

29 enero, 2014 • By

Ya dijo Napoleón que “las victorias tenían muchos padres y las derrotas eran huérfanas”.

Y es cierto que hay muchos padres responsables del éxito del Modelo Alzira, un referente en la gestión sanitaria pública con más de 15 años a sus espaldas y unos excelentes resultados asistenciales y de calidad que lo avalan. Son responsables de su éxito los profesionales que con su trabajo diario han situado a los hospitales del modelo en los primeros puestos del ránking de los acuerdos de gestión de la Conselleria de Sanidad que anualmente evalúa a todos los hospitales públicos, por poner un ejemplo. Y son también responsables los ciudadanos que confían en él, como reflejan las encuestas periódicas de satisfacción.

Muchos se preguntarán, ahora que el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido suspender el proyecto de externalización de seis hospitales, quiénes son los responsables de esta derrota. Para muchos, los representantes políticos. Para otros, una justicia que no está a la altura de los tiempos que vivimos y que ha generado una inseguridad jurídica sin precedentes. Y yo creo firmemente, desde la perspectiva que me otorga mi experiencia de 16 años en el modelo concesional sanitario, que en este proceso hemos perdido TODOS.

Probablemente se podría haber explicado mejor el proyecto, seguro. Probablemente se podría haber buscado más consensos, seguro. Pero yo creo que nuestra sociedad, en general, y todos los profesionales que formamos parte del sector sanitario, debemos ser conscientes de los retos que tenemos que afrontar para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario público. Unos retos de una magnitud tan enorme que simplemente el mirar para otro lado no solucionará nada.

El tsunami de la demografía, los avances tecnológicos, los cambios sociales, el envejecimiento poblacional, el deterioro de las infraestructuras, etc., no se resuelve con eslóganes ni con pancartas, por muy ingeniosas que sean, ni mucho menos con debates en programas humorísticos y de entretenimiento.

¿O es que no sabemos todos que hay que reformar y profesionalizar la gestión pública?

¿O es que no sabemos todos que al reto de la cronicidad no se puede hacer frente construyendo hospitales de mil camas y que es imprescindible la integración con atención primaria y sociosanitaria?

¿O es que no sabemos todos que la asignatura pendiente del Sistema Público es una gestión moderna y no burocratizada de los Recursos Humanos incentivando a los mismos para involucrarlos en resultados de salud?

¿O es que no sabemos todos que hay que introducir masivamente la tecnología o que debemos aprender de otros sectores que han introducido grandes cambios para sobrevivir, o que las compras se pueden hacer de un modo más eficiente, o que no todos los hospitales tienen que hacer de todo?

Por eso, insisto, en que la derrota es un poco de todos y que todos hemos perdido en este proceso. España debe elegir entre parecerse a nuestros socios europeos, con las reformas y exigencias que ello supone o alejarse de esta ambición e irnos pareciendo cada vez más a países de otro entorno, -más populista digamos, por no molestar a nadie-, en el que oímos lo que es amigable oír, sucumbiendo a lo fácil, pero cuyo recorrido lógico y económico tiene las patas cortas.

Si estamos satisfechos con que España crezca un 1% en 2014, con un déficit público previsto del 5% del PIB, es decir, más de 50.000 millones de euros de déficit que tendremos que financiar, estaremos satisfechos en el corto plazo, pero no haremos las reformas estructurales que nos permitan crecer a largo plazo.

Si nos damos por satisfechos de haber gastado más de 13.000 millones de euros de la hucha de la Seguridad Social que hasta hace dos años era de más de 66.000 millones de euros y no nos preocupa el futuro de las pensiones, entiendo que haya quien esté satisfecho porque la paralización del proyecto de externalización sanitaria en Madrid suponga renunciar a una inversión empresarial de 100 millones de euros en infraestructuras sanitarias públicas y ahorrando costes para el ciudadano de Madrid que podrían destinarse a otras partidas sociales.

Cerrar los ojos ante esta situación es una irresponsabilidad. Y pese a las presiones, amenazas y ataques recibidos durante todo este tiempo contra nuestra organización y sus profesionales, yo apuesto por nuestro modelo de colaboración público-privada que es una experiencia de éxito allí donde se ha puesto en marcha, en España y fuera de ella, e invito a cualquiera que quiera comprobarlo por sí mismo, a visitar y conocer de primera mano estos proyectos. Es increíble como muchos de los que lo critican desconocen aspectos tan básicos del modelo como el pago capitativo, la fórmula de desplazados ventajosa para la Administración, la cartera de servicios de estos hospitales o la limitación de beneficios para las empresas.

Estoy seguro de que los proyectos PPP son una línea de futuro en la sanidad y creo que van a tener gran recorrido en los próximos años. Es un modelo que necesita más médicos, enfermeras y sanitarios en general, y menos abogados, y esta es en mi opinión, una lección más que hay que sacar del concurso de Madrid. Me siento muy satisfecho del apoyo recibido por parte de muchos profesionales de los hospitales Infanta Leonor y del Sureste que se habían interesado por nuestro proyecto y a los que agradecemos sus muestras de cariño. Y estoy muy orgulloso de todo el Equipo de Ribera Salud. Con algunos de ellos he compartido los duros inicios de puesta en marcha de un modelo construido desde la nada, sin experiencias, ni antecedentes, y siempre comento con los más jóvenes que hemos tenido que aprender de los éxitos y de los fracasos, con humildad y ganas de avanzar, adaptándonos al terreno y sacando siempre las lecciones positivas.

Desde mi visión personal y mi experiencia con todos sus aciertos y errores, voy a seguir trabajando por una sanidad mejor, sostenible y en la que podamos sumar las experiencias de gestión pública y privada desde el respeto y la responsabilidad hacia el ciudadano y los profesionales, los verdaderos protagonistas. No voy a dar un paso atrás, y si alguien piensa que lo es para el modelo sanitario que defiende Ribera Salud, le digo que en todo caso, será para coger carrerilla. ¿Nos acompañas?

MY REFLECTIONS ON MADRID HOSPITALS. THIS IS THE WAY I SEE IT.

 

As Napoleon said: “Victory has a thousand fathers, but defeat is an orphan”.

It is true that the Alzira Model has a thousand fathers, all of them responsible for its success, more than 16 years of experience and the excellent results achieved prove it. The professionals working daily have lifted the hospitals to the first position of the ranking, according to the Government’s annual evaluation of public hospitals. They are responsible for this success.

The citizens trust the Alzira Model, as shown by the satisfaction surveys. They are also responsible for this success.

Now that the Government of Madrid Autonomous Community has cancelled the tenders for the 6 public hospitals, many people will wonder who is the father of this defeat. Some of them think that the politicians are, others think that justice -which didn’t manage to rise to the occasion, causing an unprecedented legal uncertainty-, is. I firmly believe, from a perspective of more than 16 years of experience, that with this decision we have all lost.

The project could probably have been explained much better, that’s for sure. More consensus could probably have been reached, that’s for sure. But I think that our society, and the professionals who work in this sector, must be conscious of the new challenges they are facing to guarantee the sustainability of our public health system. These challenges are so serious that looking the other way just won’t sort this out.

The demography “tsunami”, the technology progress, the social changes, the ageing population, the decaying facilities etc… all these problems are not solved by shouting expressions or showing placards, witty though they might be, nor discussing in entertainment programs.

We all know the public system needs to be reformed and more professional.

We all know the challenge of chronic patients can’t be taken on by just building huge hospitals with a thousand beds. The primary care-hospital integration is essential.

We all know the pending matter of the Public System is to implement a modern policy of HR management, making the professionals feel involved in the organization.

We all know the latest technology must be acquired and implemented en masse.

We all know we have to learn from other sectors, which have considerably changed to survive.

We all know purchasing departments can be more efficient. All the hospitals don’t need all the departments.

I insist that we have all lost. This defeat is ours. Spain must choose between following in our European partners’ footsteps, or being like others, farther countries where you listen to just what you want to, which is very comfortable, but not very beneficial for the system.

If we’re happy with the forecast of 1% of growth in 2014 or a 5% public deficit, that means more than M€50,000 of deficit should be financed, if we’re satisfied with these figures in the short term, we won’t undertake the structural reforms that will allow us to grow in a long term period.

If we’re satisfied with spending more than M€13,000 taken from the Social Security, and we’re not concerned about pensions, it’s understandable that many people will be happy for the suspension of this project, which means an investment of M€100 in healthcare infrastructures, saving money that could be spent in other social areas.

Closing our eyes to this situation would be irresponsible behaviour.  Despite the pressures, threats, attacks against our organization and our professionals during all this period, I do believe in the public-private partnership, since it is a successful alternative wherever it has been implemented, in Spain or abroad. I want to invite whoever it may concern, to visit first-hand any of our projects. Most of the critical voices are ignorant of the basic principles of the model, such as the “per capita” payment, the service portfolio or the limited profit for the companies.

I’m sure the PPP projects are a future alternative in healthcare. This model needs doctors, nurses, and more medical professionals, but not lawyers. This is one more lesson to learn from the Madrid tender process.

I’m extremely satisfied for the support received from the Infanta Leonor and Sureste hospitals. Most of the professionals showed their interest in our project, and from this blog I want to thank them for their affection.  I’m also proud of the Ribera Salud team, with some of them I’ve shared very difficult moments since the model started from square one, without any previous experience, and as I always say to the younger people, we have learned from success and from failure, but always humbly and looking at the bright side.

From my point of view and my experience, I’ll keep on working for a better healthcare system, for its sustainability, and for the possibility to join private and public management initiatives, always respecting the citizen and the professional. I’m not going to take a step backward, but if I would, it would only be to take a run up. Will you come with us?


Alberto de Rosa, Modelo Alzira, Opinión, Ribera Salud

Entrevista en Cinco Días

3 diciembre, 2013 • By

Hace algunos días el diario económico Cinco Días publicó esta entrevista: “Algunos siguen instalados en el conflicto”

En Ribera Salud solemos aceptar todas las peticiones de medios y de participación en todas las jornadas y foros a los que somos invitados. Siempre hemos defendido que nuestro modelo necesita más pedagogía y menos demagogia, y que es importante ofrecer nuestra posición y nuestra visión, más todavía en estos tiempos en los que las personas que abogamos por la necesidad de introducir cambios en la gestión del SNS, parece que estamos a la defensiva. Y es que es verdad que nos encontramos en el momento de mayor necesidad de implantar un verdadero programa de reformas en un sector tan esencial para nuestro modelo de bienestar y tan complicado para nuestras finanzas públicas como es el sector sanitario. Y de ahí la importancia de dar la cara y aportar en positivo un valor y mas ideas de innovación y cambio para el SNS.

En la entrevista no se recogieron todos los temas sobre los que me había preguntado el periodista Alfonso Simón, probablemente por el problema de falta de espacio que tienen los medios. Por la transparencia a la que aludía al principio y porque considero interesante exponer todas las preguntas y respuestas del cuestionario, os dejo la entrevista completa.

¿Cómo os afecta la paralización temporal de la privatización de la gestión de los hospitales públicos en Madrid?

Ribera Salud presentó un recurso de reposición al considerar que el auto de suspensión no ha ponderado los daños que podrían derivarse si se mantiene la suspensión del proceso por un período de tiempo prolongado. Estamos pendientes de la resolución y mientras tanto seguimos trabajando en los proyectos en los que participamos: cuatro hospitales en la Comunidad Valenciana, el Laboratorio Central de Madrid, nuestra central de compras y otros proyectos.

¿Crees que la Justicia puede paralizar definitivamente la privatización?

Esperamos que la resolución no se demore mucho. En cualquier caso, deseamos que se resuelva pronto porque esta situación de incertidumbre no favorece a nadie, sobre todo a los profesionales implicados con los que nos sentimos totalmente identificados.

¿Cómo os afectaría una paralización definitiva?, ¿acudirías de nuevo a un concurso renovado en las condiciones?

Es una situación hipotética que no nos hemos planteado hoy por hoy.

Ribera Salud nació en base a las cajas valencianas y a un modelo de gestión impulsado por el Partido Popular en la Comunidad, ¿cómo ha influido esto para presentarse en un concurso también gestionado por el Partido Popular en Madrid?

El modelo PPP sanitario nace en los países escandinavos para hacer frente a las reformas necesarias en la crisis de los años 90. El modelo Alzira se basa en la ley 15/97 de nuevas formas de gestión aprobada por la práctica unanimidad del Parlamento Español. Muchas comunidades autónomas con distinto color político y diferentes países con distintos gobiernos, cuentan con numerosas experiencias de colaboración público privada. Ribera Salud tiene interés por el modelo en cualquier comunidad o en cualquier país donde se presente la oportunidad y las condiciones óptimas para desarrollarlo. No es una cuestión de ideología sino de contribución para la sostenibilidad del sistema sanitario público a largo plazo.

¿Recibieron indicaciones del gobierno regional madrileño para que acudieran al concurso o mantuvieron contactos con el gobierno regional?

Somos la única compañía sanitaria española que se dedica exclusivamente al modelo de colaboración público privada. Nuestra voluntad expresada de forma permanente, es la de estudiar con interés cualquier proyecto de colaboración público privada que surja en nuestro país y fuera de España. Ese es nuestro objeto social y no necesitamos que nadie nos diga como desarrollarlo.

¿Qué se ha hecho mal para haber llegado a esta situación de espera?

Creemos que en estos procesos de reformas y cambios hace falta más pedagogía y menos demagogia. En los 16 años que llevamos en este modelo, hemos vivido todo tipo de situaciones. Esta es una historia vieja y conocida. El Hospital de Alzira también tuvo unos inicios complicados. Los pliegos del Hospital de Alzira fueron impugnados por un sindicato y resuelto en el Tribunal Supremo. Parece que algunos siguen instalados en el conflicto y en la judicialización de estos procesos. No se han dado cuenta de la evolución que ha tenido la sociedad, de las reformas que se han implementado en todos los sectores y siguen anclados a unas posiciones y planteamientos propios de hace 50 años. Y creo que hemos de reflexionar sobre el papel que juegan todos los agentes para contribuir a que España salga de la crisis. En nuestro caso, hemos hecho esta reflexión y creemos que sí que hemos contribuido y lo seguiremos haciendo en el futuro.

Los profesionales sanitarios se han mostrado casi unánimemente en contra de este proceso, ¿cómo afectará al día a día de los dos hospitales si finalmente entran en la gestión?

Nuestra experiencia durante las reuniones previas mantenidas en los hospitales es que los profesionales están ilusionados, apuestan por este proyecto, y un 95% habían firmado la aceptación de integrarse en la plantilla de la concesionaria (sobre el total de profesionales a los que se había entregado la propuesta). Y muchos de ellos nos transmitían su desacuerdo con determinadas posiciones con las que no se identificaban.

¿Cuáles son sus planes para esos dos hospitales?

Lo primero es el compromiso de mantener íntegramente la actual cartera de servicios y el alto nivel de calidad registrado por estos centros que cuentan con un excelente equipo de profesionales. A partir de ahí, nuestra propuesta es aplicar los planes de mejora presentados e impulsados por la Consejeria de Sanidad y que, por ejemplo, supondría para el Hospital Infanta Leonor la ampliación de 100 camas de hospitalización, tres quirófanos, la ampliación del área de observación de Urgencias, etc. En el caso del Hospital del Sureste se acercarían especialidades a la población con el Centro de Especialidades en Rivas Vaciamadrid, entre otras medidas.

¿Habrá despidos?, ¿están sobredimensionadas las plantillas?

El concurso era muy claro al respecto. La concesionaria asume todo el personal tal y como estaba previsto en los pliegos. Nuestro proyecto planteaba ampliar la capacidad asistencial, por lo que es un proyecto de generación de empleo. Las condiciones ofertadas por nuestro grupo contempla contratos indefinidos sin período de prueba, con una retribución fija más un componente variable basado en el cumplimiento de objetivos. Además existe la posibilidad de que los profesionales adquieran acciones de la sociedad concesionaria del hospital.

¿Qué ocurrirá con los profesionales que no quieran perder su condición de estatutario?

En todos nuestros proyectos en la Comunidad Valenciana tenemos personal laboral y estatutario. Trabajamos con más de 1800 estatutarios en la Comunidad y contamos con mandos intermedios y jefes de servicio laborales y estatutarios. El éxito del modelo es integrar ambos colectivos. Apostamos por la visión asistencial del modelo y sabemos que no se puede gestionar sin integrar a todos los profesionales, independientemente de su condición laboral, y así tratamos de hacerlo en nuestro grupo.

¿Cómo van a motivar a las plantillas?

La gran asignatura pendiente del SNS es la gestión del personal. Nuestra política de Recursos Humanos se basa en el reconocimiento al trabajo bien hecho premiando al que mejor lo haga en base a indicadores de calidad y resultados en salud. Y esto es algo que reclaman los profesionales del SNS desde hace mucho tiempo. Nuestro grupo apuesta además por la docencia, investigación y formación y por el desarrollo profesional y la autonomía de gestión. Escuchamos las inquietudes de nuestros profesionales y tratamos de responder a ellas porque sabemos por nuestra experiencia lo importante que es en estos proyectos que el profesional esté implicado y alineado a la organización.

¿Hay margen para obtener beneficios en unos hospitales ya con recursos muy ajustados?, ¿en qué partidas?, ¿y por qué?

En Ribera Salud creemos que se trata de la suma de tres factores: gestión clínica moderna, adecuada al siglo XXI con políticas asistenciales vinculadas a resultados en salud. Política moderna de RR.HH. porque no se puede mantener un modelo que trata por igual a todos, independientemente de la actividad, productividad o la calidad. Y sistemas de información que permitan saber que se hace, como se hace y que cuesta. Y todo esto se puede hacer mejor con la gestión privada por su flexibilidad y menor burocracia. Así por ejemplo, la experiencia de nuestra central de compras es que nos ha permitido ahorrar más de 1 millón de euros solo con la homologación y homogeneización de productos en los hospitales participados. Nuestro paciente más barato es el paciente más sano. Y por ello invertimos tanto en políticas de prevención y promoción de la salud.

¿Sigue Ribera Salud en venta?, ¿hay abiertas negociaciones para la salida de alguno de los dos bancos actuales propietarios?

Nuestros accionistas Bankia y Sabadell están comprometidos con el proyecto, con sus profesionales y con la Administración Pública. Han redefinido la estrategia de crecimiento del grupo en un sector que consideran de gran desarrollo y futuro a nivel nacional e internacional.  No hay cambios en esta situación.