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Opinión

Alberto de Rosa, Opinión

La genética de la internacionalización

22 febrero, 2023 • By

Mientras viajaba rumbo a Kuwait la semana pasada, estuve pensando en cómo gracias al modelo de colaboración público privada, que iniciamos con nuestro primer hospital en 1999, en el grupo sanitario Ribera hemos tenido la oportunidad de conocer a personas muy interesantes y diferentes de casi todos los rincones del mundo. Unas veces nos han invitado a sus países a explicar nuestro modelo de gestión que tan buenos resultados da a los ciudadanos y es caso de estudio en universidades como Havard o Berkeley. Otras veces han sido delegaciones internacionales las que han visitado nuestros hospitales, para conocer in situ nuestro modelo de integración de la Atención Primaria y hospitalaria, nuestra tecnología o nuestra innovadora política de personas y responsabilidad social con la comunidad.

Trabajar en una empresa internacional pone muchos sellos en tu pasaporte, te obliga a pasar muchos días lejos de tu casa y tu familia, a veces en fechas señaladas, pero también te permite conocer otras culturas, costumbres y maneras de gestionar servicios, como el de la salud, trabajar en entornos multiculturales, y con administraciones y gobiernos de todo tipo.

Sin duda, toda esa diversidad aporta un valor sin igual al grupo Ribera. Más aún cuando tenemos la oportunidad de involucrarnos activamente en proyectos concretos, con profesionales del entorno y conociendo de primera mano las necesidades reales de los ciudadanos de cada región del mundo. Fue lo primero que detectamos en nuestro primer contacto con América Latina y los hospitales en los que tenemos una pequeña participación en El Perú. Más intensamente lo vivimos en Centro Europa, donde compramos la empresa de alta tecnología Pro Diagnostic Grup (PDG) en Eslovaquia  y OBK Klinic, la clínica bariátrica y de alta complejidad de la República Checa y más recientemente cuando asumimos la gestión del hospital de Cascais, en Portugal. También cuando hemos desarrollado proyectos tecnológicos con Futurs en Reino Unido o Arabia Saudí.

En el caso concreto de Kuwait, la experiencia de nuestra alianza con una corporación como Dhaman Hospitals está siendo muy satisfactoria en lo profesional y en lo humano. No solo para el equipo directivo más implicado en el proyecto, sino también para decenas de nuestros profesionales, que se han desplazado en diferentes momentos a este país de Oriente Medio, para colaborar en la puesta en marcha de dos hospitales y varios centros de Atención Primaria. Es un proyecto muy ambicioso, que va a permitir a Kuwait dar un salto cualitativo en la calidad de la asistencia sanitaria a sus ciudadanos, y también a los trabajadores expatriados. Y Ribera forma parte ya de ese legado.

Os cuento brevemente. Kuwait nos ha permitido conocer en un solo proyecto esa colaboración público privada que nosotros defendemos, a otros niveles y en un país muy diferente, involucrando a ciudadanos e instituciones en la renovación y mejora de sus infraestructuras sanitarias. Desarrollar junto a Dhaman un proyecto sanitario tan importante para la región está siendo una experiencia magnífica, llena de aprendizajes para ambos.

Mi primera valoración del proyecto, aún en marcha pero que me gustaría compartir ya en este blog, es que Ribera no solo aporta en Kuwait su know-how, basado en la experiencia de 25 años de gestión sanitaria en un modelo de colaboración público privada. También lleva consigo lo que a mí me gusta llamar “la genética de la internacionalización”. Porque esa capacidad de adaptación, de inmersión y de crear equipos multidisciplinares la llevamos en nuestro ADN. Y es una característica que, sin duda, nos diferencia de otros grupos sanitarios y hospitalarios.

En Kuwait hemos conocido a personas y realidades muy diferentes, pero con necesidades y retos similares a los nuestros. Una vez más, hemos comprobado, tal y como el Covid ha constatado, que los desafíos de la Sanidad son los mismos para todos, y que solo hay que adaptar las soluciones globales a las realidades locales.

Mi segunda reflexión tiene que ver con nuestra gente, los profesionales del grupo Ribera. Este proyecto en Kuwait, como otros tantos, ha sido posible gracias a esta genética de la internacionalización que muchos ya tienen en el grupo. Una genética abierta a la diversidad, al intercambio cultural, a la igualdad, a la flexibilidad y a la capacidad de organización y reacción. Me siento muy orgulloso de que esta característica no solo forma parte de quienes lideramos este tipo de proyectos desde hace muchos años. Ver que los profesionales que se han ido incorporando a nuestra organización tienen esa misma visión y apuestan claramente por la internacionalización de nuestro modelo de salud responsable es algo que me llena de orgullo. Defienden con solvencia y mucho éxito en el exterior que Ribera está llamada a colaborar con todo tipo de gobiernos e instituciones para la sostenibilidad de los sistemas sanitarios. Allá donde se nos requiere, claro está. De hecho, en mi último viaje a Kuwait me fui a cenar con todo el equipo desplazado allí y les pregunté si estarían dispuestos a participar en otros proyectos similares, y la respuesta fue unánime y contundentemente afirmativa. Gracias por ello.

Por último, y con respecto a este proyecto, me gustaría agradecer al embajador de España en Kuwait, Miguel Aguilar, que nos recibiera en su residencia para compartir opiniones y conocimiento sobre la zona, así como su trato amable y sus alentadoras palabras sobre la importancia de una colaboración sincera, honesta y leal entre las administraciones y las empresas y contribuir a un mayor acercamiento entre los dos países.

Por eso, quiero agradecer tanto a nuestro embajador oficial como a los “embajadores Ribera”, nuestros profesionales, su buen hacer, su compromiso y su trabajo. Sin duda, nuestros representantes en el extranjero son la mejor tarjeta de visita para las empresas españolas que apostamos por la internacionalización.


Alberto de Rosa, Opinión

El valor de crecer y mantener principios y raíces

31 diciembre, 2022 • By

Acaba el año y es el momento de hacer un balance de estos doce meses y de nuestros retos para el año 2023. En general, 2022 será recordado como el año de la guerra de Ucrania, la primera en Europa desde hace 30 años, consecuencia de la invasión de Rusia. Este conflicto nos ha traído a la memoria las peores imágenes y recuerdos de los horrores de una guerra, una tensión bélica internacional que la mayoría no hemos vivido e importantes consecuencias para Occidente, fruto de nuestro mundo globalizado: la subida del precio de muchas materias primas y la energía, la amenaza que supone posibles cortes del gaseoducto de la zona, problemas en la distribución de maíz o trigo y el éxodo masivo de refugiados, entre otros. Aprovecho para reiterar públicamente mi solidaridad con el pueblo ucraniano, a cuyos ciudadanos hemos prestado asistencia sanitaria desde los hospitales del grupo Ribera. De hecho, tuvimos la fortuna de atender al primer bebé nacido en España de una madre ucraniana refugiada en nuestro hospital de Denia. Además, hemos promovido y facilitado la contratación de profesionales ucranianos en la empresa tecnológica del grupo, Futurs, y hemos ayudado a familias desplazadas y también a quienes permanecen en el país, a través de campañas y donaciones de material sanitario, alimentos, ropa y juguetes.

En este escenario macro, marcado como he comentado por la guerra en Ucrania y sus consecuencias, me gustaría hacer un breve repaso de la trayectoria del grupo sanitario Ribera en 2022, un año que sin duda ha supuesto una transformación, sobre todo después de haber superado retos y también cambios importantes. El más significativo a nivel corporativo ha sido la salida de Centene Corporation y la entrada de Vivalto Santé como accionista de referencia. Ya comenté este hecho en otro blog, por lo que no voy a extenderme, pero sí me gustaría destacar la naturalidad y buen hacer de todas las partes en la operación, que en nada ha afectado al día a día de nuestros hospitales ni de nuestros profesionales, y tampoco a nuestra hoja de ruta para crecer y consolidarnos en Europa y otras regiones del mundo.

De hecho, este ha sido un año en el que hemos sumado tres nuevos proyectos al grupo Ribera: la entrada del mayor grupo hospitalario de Murcia, Virgen de la Caridad; la adjudicación del Hospital de Cascais (Portugal); y el proyecto de colaboración con Dhamam para poner en marcha los dos primeros hospitales público-privados en Kuwait. Crecemos en España y Europa, con la entrada en Portugal, y damos los primeros pasos para contribuir a la sostenibilidad del sistema sanitario también en Oriente Medio.

Se trata de tres proyectos transformacionales, distintos entre ellos, que nos aportan experiencia, internacionalización y el valor de nuevos profesionales que se unen a la familia Ribera. Acabamos 2022 con 13 hospitales (dos de ellos universitarios) en tres continentes (Europa, Asia y América latina), 1.875 camas, 64 centros de Atención Primaria y 35 policlínicas, 9.200 profesionales y más de un millón de pacientes atendidos al año. Y son precisamente estas importantes cifras las que me han hecho ver que, independientemente de los números, tenemos un importante reto por delante, al que pienso dedicar gran parte de mi esfuerzo en 2023: mantener los valores y la esencia que siempre han hecho diferente al grupo sanitario Ribera.

Debemos mantenernos leales a nuestras raíces, a una marca que profesionales y pacientes valoran y respaldan, a unos principios de cercanía, humanismo, confianza, inclusión y respeto a la diversidad que nos hace únicos.

Son precisamente estos principios compartidos los que hacen a Ribera “grande” en lo humano: una diversidad de proyectos, modelos de empresa, cultura y tradiciones que suma mucho más que cifras, que nos enriquece, crea lazos y sinergias entre profesionales y facilita un aprendizaje constante, para hacernos más fuertes y mejorar cada día en la atención a nuestros pacientes y sus familias.

Hoy somos el único grupo sanitario español con esta presencia internacional tan destacada, ya que antes de Portugal y Oriente Medio, entraron en Ribera proyectos de América latina y Centro Europa. Además, nuestra visión de crear una marca que construyamos entre los profesionales y los gestores para dar un servicio excelente a los ciudadanos de nuestras áreas, y aprovechar el conocimiento acumulado de toda la organización para, con las mejores prácticas, estar en disposición de ofrecer una medicina de valor, alineada con nuestro modelo de salud responsable.

Por eso, insisto. Es importante que nos mantengamos leales a nuestras raíces y principios. No perdamos la esencia. En la diversidad está la fortaleza que siempre nos ha ayudado a adaptarnos y a gestionar los cambios de manera ágil y eficiente, como demostramos en los momentos más duros de la pandemia.

Este fue el mensaje central que compartí con los equipos de todos los hospitales del grupo pocos días antes de Navidad y es el que me gustaría que llegara a todos y cada uno de los profesionales que trabaja en el grupo Ribera. Desde este blog, aprovecho, además, para desearos un feliz año nuevo y, sobre todo, mucha salud para vosotros y vuestras familias.


Alberto de Rosa, Opinión

Tenemos un elefante en la habitación

30 septiembre, 2022 • By

 Tribuna de opinión publicada en el diario Expansión el 28 de septiembre de 2022

La pandemia ha sido una tragedia global de la que todos deberíamos haber aprendido. Sin embargo, no es esa la impresión que tienen los ciudadanos, dada la situación actual de hospitales y centros de atención primaria, y hace más necesaria que nunca la toma de decisiones valientes y eficaces, para garantizar la sostenibilidad de la Sanidad a medio y largo plazo.

Antes del Covid, ya había presiones sobre la evolución de los costes por el envejecimiento de la población, el aumento de la cronicidad y la incorporación de tecnología y escasez de profesionales. Ahora, a raíz de la pandemia, a los problemas antes citados hay que añadir el reto de hacer frente a las mayores listas de espera de la Historia, importantes retrasos diagnósticos, que ya están poniendo en peligro la vida de muchos pacientes, y una Atención Primaria ahora sí, totalmente sobrepasada por la falta de organización y desatención histórica de este nivel asistencial, a pesar de que es clave para la salud y el bienestar en los ciudadanos.

En mi opinión, hay tres claves para afrontar con éxito los retos del sector sanitario a corto y medio plazo. Primero, tenemos que invertir más en recursos humanos, y ante la falta generalizada de profesionales en toda España, es necesario planificar mejor las plantillas para el futuro, empezando por las plazas en las universidades y la oferta MIR. Además, hemos de introducir elementos de flexibilidad e incentivación, que permitan aplicar una política de recursos humanos moderna.

En segundo lugar, debemos asumir que la tecnología es indispensable para el presente y el futuro de la Sanidad, que la telemedicina ha llegado para quedarse, y que las aplicaciones y dispositivos para monitorizar a los pacientes en remoto tienen cada vez más importancia. La Sanidad del futuro nos pide que cuidemos al ciudadano cuando está sano y le curemos lo antes posible cuando está enfermo.

Por último, es fundamental apostar por mejorar la gestión de los recursos sociosanitarios, tanto públicos como privados, y por reforzar la colaboración entre ambos. Porque el sistema público necesita al privado. El papel que estamos jugando las organizaciones sanitarias, como el grupo sanitario Ribera, con acuerdos con las administraciones públicas y las aseguradoras, es clave para poner a disposición de los financiadores públicos y privados una provisión sanitaria de alta calidad y eficiente. La respuesta al Covid hubiera sido imposible sin la colaboración entre ambos, pese a que algunos aún insisten en enfrentar posturas, como se demuestra con el anteproyecto de la Ley de Equidad, Universalidad y Cohesión del Sistema Nacional de Salud (SNS). Hay quien prefiere no ver el elefante en la habitación.


Alberto de Rosa, Opinión

Sala Michael Neidorff

16 septiembre, 2022 • By

Puede resultar sorprendente, pero lo cierto es que este es el primer blog que escribo en 2022. Casi desde principios de año, hemos vivido meses muy intensos en el grupo sanitario Ribera. A los retos del sector sanitario y los efectos de la pandemia del Covid, que aún ha estado muy presente este año en nuestros hospitales, se sumó el fallecimiento de Michael Neidorff, presidente y consejero delegado de Centene Corporation, principal accionista de Ribera, el pasado 7 de abril. Unos meses antes, había anunciado su retirada por su delicado estado de salud.

Por eso, durante los meses previos y posteriores a este triste acontecimiento, preferí ser prudente, ya que emocional y profesionalmente, Michael Neidorff ha sido y siempre será parte de Ribera, por lo que ha significado su humanidad, carisma, fortaleza, clarividencia y apoyo en todos los proyectos y momentos que hemos compartido. Y en mi opinión, él vio en Ribera los valores y el espíritu que siempre transmitió a su propia compañía.

Michael Neidorff no solo fue el consejero delegado y presidente de Centene Corporation, sino que fundó la empresa, empezó facturando 40 millones de dólares y la dejó con 130.000 millones de dólares de facturación, situándola como una de las 25 empresas más importantes de Estados Unidos.

Su visión social de la Sanidad, su capacidad de trabajo y liderazgo, los proyectos sociales que impulsó y su implicación personal en la apuesta por una atención sanitaria de calidad para todos (Medicaid, Medicare) son una inspiración para quienes dedicamos nuestra vida a la prevención y cuidado de la salud de la población. Siempre buscó el equilibrio entre la gestión, la singularidad de una actividad como la atención sanitaria de la población y el compromiso e implicación de los profesionales. Puso en valor y priorizó en todo momento la vertiente humanística que debemos tener quienes nos dedicamos a la Sanidad, nuestra vocación de servicio público, compromiso social y pasión por este sector.

Michael era un visionario que entendió, visualizó y supo transmitir como nadie las claves de la Sanidad de la próxima década y que, como he señalado antes, siempre será un referente para mí. He sentido mucho su pérdida y me gustaría aprovechar esta primera entrada del año a mi blog para enviar a su mujer y su hijo un abrazo y un mensaje: Michael Neidorf siempre estará con nosotros, y su obra y su legado pervivirán como ejemplo de la Sanidad, dentro y fuera de los Estados Unidos.

En las oficinas centrales del grupo, todas las salas llevan el nombre de figuras destacadas de la Medicina, desde Ramón y Cajal a Marie Curie o Severo Ochoa, y hemos decidido nombrar la sala del Consejo de Ribera con el nombre de este gran hombre, Michael Neidorff, porque sabemos que su filosofía y visión sobre la Sanidad, así como su memoria nos inspirarán siempre.

Tras estos acontecimientos y los cambios en la dirección de Centene, se produjo, como bien es sabido, una redefinición de su estrategia y de proyectos. Hoy, el grupo Ribera ya no pertenece a Centene. Hemos crecido y aprendido mucho mutuamente, pero abrimos una nueva etapa. A finales de julio se hizo pública la compra de las acciones de la aseguradora americana por parte de Vivalto, tercer grupo sanitario privado francés, con quienes nos unen valores, visión y misión, además de una proximidad geográfica evidente. Empezamos un nuevo camino, con mucha experiencia y conocimiento en nuestros más de 7.000 profesionales del grupo, gran ilusión y muchos proyectos en los que el papel de estos profesionales va a ser aún más importante en esta era pospandemia.

Si sigues este blog, habrás visto seguro la importancia que siempre hemos dado al rol de los profesionales en nuestra organización. El liderazgo clínico ha sido clave siempre en nuestro modelo de salud responsable, pero, sin duda, también ha sido una de las claves para superar con éxito los momentos más duros de esta pandemia, junto con la anticipación, la flexibilidad en la gestión y la rápida capacidad de adaptación. Además, si conoces al nuevo accionista de Ribera, Vivalto Santé, sabrás que una parte de su capital está en manos de profesionales vinculados al proyecto. Así de importante es el papel que nuestro nuevo accionista les confiere. Este es el espíritu. Y con tantos valores, principios y prioridades compartidas, estoy convencido de que vamos a hacer grandes cosas juntos.

Y termino ya. Iniciamos un nuevo curso que se anticipa apasionante y con grandes retos, como nación y como sector. En las próximas entradas a este blog intentaré seguir exponiendo mi análisis y visión sobre las tendencias y desafíos que nos esperan. Solo os avanzo que, con trabajo, ilusión y compromiso, estoy seguro de que avanzaremos en este gran proyecto de salud responsable del grupo Ribera.


Alberto de Rosa, Opinión

Accesibilidad, bienestar y sostenibilidad, retos de la Sanidad en 2022

22 diciembre, 2021 • By

Acaba otro año complejo en el contexto sanitario, social y económico. Un ejercicio 2021 que, sin duda, ha vuelto a estar marcado por el Covid y los picos de contagios, que han tensionado en mayor o menor medida las diferentes regiones de España y del mundo, y también por la vacunación, con buenos índices de inmunización, al menos en los países del primer mundo. Me gustaría acabar este año compartiendo en este blog algunas reflexiones sobre los cambios vividos y percibidos en estos doce meses, pero también sobre los retos que debemos afrontar en un 2022 que llama ya a nuestra puerta, así como en los años venideros.
Llevamos tres meses de reconocimientos al grupo sanitario Ribera y a sus profesionales, que me llenan de satisfacción y orgullo, y que confirman que nuestro modelo de salud responsable no solo funciona bien, sino que pacientes, profesionales y sociedad civil lo valoran como necesario y como un ejemplo a seguir en términos de humanización, tecnología y digitalización, transparencia y compliance, investigación y docencia y trayectoria profesional (por ejemplo, el premio de Innovación tecnológica por el modelo predictivo Covid, el Premio a la Transformación digital de la Cámara de Comercio de Valencia, la mención como finalista en los ABB Ability Digital Award por nuestra psicoterapia digital, el Premio de Humanización Sanitaria del Club de Márketing por el acompañamiento de pacientes con mascotas, el diploma como finalista de los Premios Corresponsables por el documental sobre el Covid, o el reconocimiento de NME a mi trayectoria profesional).
Al mismo tiempo, no puedo dejar de hacer alusión a una de las decisiones más incomprensibles, por injusta e insolidaria con ciudadanos y profesionales, que es la reversión a la gestión pública directa del Hospital Universitario de Torrevieja. No voy a ahondar en la sentencia del Tribunal Supremo que advertía del procedimiento básico para llevar a cabo esta reversión y que no se ha cumplido, de las exigencias de la propia Intervención General de la Generalitat, ni tampoco de la arbitrariedad de una decisión ideológica sobre un recurso sanitario clave en la provincia de Alicante en plena pandemia mundial. Las consecuencias, por desgracia, las están sufriendo ya los trabajadores que llevan meses sin cobrar y los pacientes que son derivados a otros centros o esperan lo nunca visto a ser atendidos. Un caos en toda regla que advertimos al presidente de la Generalitat y que incluye que el jefe de Urgencias de ese hospital haya tenido que llamar a la Guardia Civil para poner orden en Urgencias. Lo nunca visto.
Pero todo lo bueno y lo menos bueno de este año me lleva a reflexionar, una vez más, sobre los retos de nuestro sistema sanitario, que se va a enfrentar a obstáculos de altura y que, por tanto, va a necesitar de líderes valientes, honestos, transparentes, realistas y centrados en lo que de verdad es importante: facilitar el acceso a una asistencia sanitaria de calidad, rápida en la atención, el diagnóstico y el tratamiento, y que asuma la prevención y el cuidado del bienestar físico y emocional de la población como una prioridad en el sistema.
El Covid sigue entre nosotros 22 meses después y la Sanidad de los próximos años, la de la pospandemia, va a necesitar lo mejor de todos los agentes del sector. Pero ¿dónde debemos poner el foco las organizaciones sanitarias?
En mi opinión, la excelencia en Sanidad se medirá en los próximos años en términos de accesibilidad, es decir, en cómo de rápido y de sencillo se lo pongan a los ciudadanos las organizaciones sanitarias para cuidar de cada uno de nosotros cuando estamos sanos, y curarnos cuando estamos enfermos. Es el primer punto clave que quiero abordar hoy.
Los ciudadanos quieren una respuesta rápida cuando tienen un problema de salud. Una persona con problemas graves de visión no puede estar casi dos años para operarse de unas cataratas, ni un ciudadano con dolor permanente y agudo que apenas se mueve, esperar más de nueve meses para una prótesis de cadera. La gente se va a cansar de esperar y va a exigir una atención rápida, que su problema de salud se identifique y se le facilite el acceso a un sistema sanitario que le dé respuestas y soluciones rápidas y efectivas.
Por supuesto, la transformación digital que hemos acometido muchas organizaciones en los últimos años va a favorecer esta accesibilidad, pero también es clave que las compañías y sus modelos de gestión sean flexibles, que se adapten rápido a los cambios y situaciones que, como esta pandemia, tensionan cíclicamente algunos servicios.
Será excelente la organización que mejor dé respuesta a esta exigencia ciudadana de mejora de la accesibilidad a los recursos sanitarios.
La segunda idea clave en la que debemos seguir trabajando organizaciones como Ribera es en un concepto aún más amplio de la salud, entendida también como el cuidado del bienestar del ciudadano. Es decir, tenemos que ganarnos la confianza de la población para que confíen en que les cuidamos cuando están bien, que nos preocupamos por ellos, vigilamos sus factores de riesgo y prevenimos, de forma personalizada, alteraciones o riesgos en su estado de salud. Tenemos que ser proactivos, estar cerca, monitorizar a los “pacientes sanos” y seguir trabajando en modelos predictivos que nos ayudan a adelantarnos a empeoramientos de la salud de nuestros pacientes. Y, por supuesto, que hacemos todo cuanto está en nuestras manos para curarles cuando están enfermos y solucionar su problema.
Estas son dos claves de la Sanidad de esta década: la accesibilidad al sistema y el cuidado de la salud pero también del bienestar, físico y emocional, con un acompañamiento constante. Sistemas como del modelo de salud poblacional que aplicamos en Ribera hace años y herramientas como Minds, el nuevo programa de bienestar emocional, son un referente en este nuevo panorama asistencial.
La sostenibilidad del sistema sanitario público es esencial. Y dado que se financia vía impuestos a los ciudadanos, el buen uso del sistema y de los servicios que presta debería estar garantizado para conseguir el mejor estado de salud de la población. Si no se hace un uso eficiente de los recursos, se está engañando a los ciudadanos, porque esos costes no están dedicados a solucionar los problemas de salud, sino a otro tipo de gastos de carácter institucional o de gestión (en este caso de mala gestión), que deben ser evitados porque generan mayor lentitud en la atención, burocracia, menos flexibilidad… y a la larga, empeoran los resultados de salud.
Y la sostenibilidad es muy importante en el sistema público, pero también en el privado.
Las compañías de seguros, cuyo papel es fundamental y cada vez tienen un mayor reconocimiento social, también tienen que dar un paso hacia la modernidad, cambiar conceptos y ser más proactivos, porque si no son eficientes, tendrán que subir las primas. Y esto les hará menos atractivos para los ciudadanos, que llevan años poniendo la mirada sobre esta modalidad de atención, ante las carencias y retrasos que está sufriendo el sistema público en general.
Por último, por lo que respecta al sector hospitalario o de provision sanitaria privada, este tiene que contribuir hacia un modelo de gestión a largo plazo, trabajando conjuntamente con el sector asegurador para ser eficiente en la respuesta a los ciudadanos, trabajando con una visión compartida con el resto de agentes del sistema, y buscando el modo de conseguir que, con una mejor comunicación haya más personas que apuesten por el sector privado como un sector que va a ser fundamental para colaboración con la administración pública, desde una visión más solidaria, involucrada y con visión de futuro, sobre todo porque garantiza su sostenibilidad futura. Una asistencia más integrada, cooperativa y eficiente en beneficio de los ciudadanos.
Todos somos necesarios y podemos aportar valor al cuidado de la salud y el bienestar de los ciudadanos. Ojalá el año 2022 sea el de la colaboración, el entendimiento y el gran pacto de la Sanidad. Por todos y para todos.