Organizaciones de sanidad responsable

Sigo con atención el desarrollo y aplicación del Obamacare y es sorprendente la unanimidad con que los políticos y medios de comunicación de este lado del Atlántico han saludado la reforma sanitaria emprendida por el Presidente Barack Obama. Esta mañana la mayoría de la prensa nacional recogía en el interior de sus páginas el decepcionante inicio de la reforma sanitaria al atraer a poco más de 100.000 personas en un mes. Pero no es mi intención dedicar esta entrada a los fallos informáticos, ni al líder de la Casa Blanca, ni a lo que cuesta poner en funcionamiento un nuevo modelo sanitario.

Hoy quiero recuperar un interesante artículo de opinión publicado en el diario El País titulado ‘La otra cara de la reforma sanitaria’ sobre los efectos positivos que la reforma impulsada por Obama está teniendo en el tejido asistencial de los Estados Unidos y en el desarrollo de una nueva cultura en la gestión de la salud entre los profesionales sanitarios y los ciudadanos.

El artículo recoge declaraciones de Bill Keller (ex director del New York Times) sobre el desarrollo de centros innovadores denominados “organizaciones de sanidad responsable” donde se apuesta por incentivar a los profesionales en función de resultados en salud alineando sus objetivos a los de la organización. Se habla de estas “organizaciones de sanidad responsable” como unos laboratorios de innovación impulsados “por la energía emprendedora de una empresa emergente”. Resalta la gran inversión en tecnología de la información para segmentar pacientes de riesgo y ser más proactivos en el diagnóstico y tratamiento. Nos plantea nuevas líneas de implicación de la enfermería, el impulso a la asunción de responsabilidades por parte del propio ciudadano y nuevas estrategias asistenciales, apoyando la prevención y áreas asistenciales. También subraya la reducción de las visitas a urgencias hospitalarias “entre un 15 y un 20%” y lo que supone este gran indicador en el coste sanitario y en la calidad de la atención. A continuación, presenta otros efectos que el autor considera beneficiosos, pero que están más alejados de nuestro modelo de entender la sanidad pública en Europa.

Considero interesante y muy recomendable su lectura por varios motivos. Primero porque refleja que la necesidad de reformar y mejorar el sistema de salud no sólo es española. En mi opinión es una necesidad global.

En segundo lugar porque he reconocido entre sus líneas la visión que, desde hace quince años, venimos desarrollando con el Modelo Alzira. Sus tres pilares: la COLABORACIÓN PÚBLICO-PRIVADA, el MODELO CAPITATIVO DE FINANCIACIÓN y la INTEGRACIÓN ASISTENCIAL están presentes en este artículo. Realmente creo que hemos desarrollado un laboratorio de innovación con resultados tangibles que superan a los apuntados por el autor. La reducción de la urgencias hospitalarias cuando se integraron la Atención Primaria y la hospitalaria, la apuesta por los sistemas de información, -donde fue pionero el Hospital de Alzira en España-, la creación y desarrollo de una historia clínica para los ciudadanos, la apuesta por la prevención de la enfermedad y promoción de la salud con una visión proactiva domicilio-red social-primaria-hospital; me hace reflexionar sobre el excelente trabajo que, diariamente, realizan todos nuestros profesionales.

Gracias a la colaboración entre el sector privado, -más flexible al poder incentivar y alinear a los profesionales e incorporar rápidamente las mejores prácticas-, y la Administración Pública el camino hacia la innovación y la excelencia es más hacedero.

Me gusta, y mucho, que a estas organizaciones norteamericanas se les llame “organizaciones de sanidad responsable” porque es así como se siente el Modelo Alzira. Un modelo pionero, basado en el triángulo del éxito que tantas veces hemos planteado: gestión clínica avanzada, gestión de las personas y apuesta por los sistemas de información. Un modelo responsable, que intenta preservar y hacer sostenible el sistema público de salud, pero aplicando sistemas, metodología y una organización del siglo XXI.

¡Ánimo! a nuestros compañeros de la sanidad de los Estados Unidos y, desde estas líneas, les invito a conocer el Modelo Alzira, una “organización de sanidad responsable” con 15 años de experiencia.

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