Es imprescindible disponer de buena información para poder formarnos una opinión objetiva. Este axioma, que funciona en la vida en general, es fundamental en el ámbito de la gestión. Sin información, sin análisis, sin perspectiva comparada, es muy difícil saber cuáles son los puntos fuertes y débiles. Sin buenos informes es muy complicado plantear estrategias de mejora pues al final, si no se tiene una buena base documental, se tiende a caer en la autocomplacencia.
Hemos conocido recientemente el último informe de Euro Health Consumer de 2014 que revela que la mitad de los países europeos adelantan a España en cuanto a calidad sanitaria. Nuestro Sistema Nacional de Salud ocupa el puesto 19 de los 37 países europeos analizados. Se han estudiado 48 indicadores que cubren seis áreas específicas que van desde la accesibilidad al tratamiento a los tiempos de espera, pasando por el alcance de los servicios, los resultados en salud obtenidos hasta las políticas de prevención aplicadas. De todas las cifras que pone sobre la mesa, me llama la atención sobremanera el alarmante aumento de las listas de espera en España, uno de los puntos clave sobre el que también el Health Consumer pone la lupa.
He comentado anteriormente que la lista de espera es, en mi opinión, un atentado a la equidad del sistema sanitario y un copago encubierto. La lista de espera es lo que hace que haya de facto una sanidad para ricos (los que se pagan un seguro privado) y una para pobres (los que tienen que sufrir largas listas de espera). Por ello, siempre defiendo que la equidad es uno de los principales valores del sistema público y reducir las listas de espera, como hemos conseguido en el Modelo Alzira de un modo significativo, un gran avance social.
Con el modelo de Ribera Salud hemos demostrado que se puede hacer una sanidad pública igual para todo el mundo, independientemente de sus recursos económicos, utilizando herramientas de gestión modernas e innovadoras que han permitido, entre otras cosas, acabar con ese copago encubierto que son las listas de espera de la sanidad pública, evitando por tanto la injusticia de un sistema sanitario insolidario.
Podemos seguir llenándonos la boca diciendo que España tiene uno de los mejores sistemas sanitarios del mundo, pero los informes internacionales como éste nos advierten que eso no es así. No cerremos los ojos a la evidencia, pongámonos a trabajar, a plantear líneas de mejora, a marcar un camino con una meta u objetivo a alcanzar.
Con frases autocomplacientes no defendemos el sistema público. Al menos, con información objetiva como ésta, daremos el primer paso para ofrecer a nuestros ciudadanos la sanidad que se merecen y nos reclaman. Y no se me ocurre manera mejor para concluir esta reflexión que con un fragmento del libro ‘Alicia en el país de las maravillas’, de Lewis Carroll.
– ¿Podrías decirme, por favor, qué camino he de tomar para salir de aquí?, pregunta Alicia.
– Depende mucho del punto a dónde quieras ir, responde el Gato de Cheshire.
– Me da casi igual dónde; siempre que llegue a alguna parte.
– Entonces, no importa qué camino sigas… seguro que lo consigues… Si no sabes hacia dónde vas, cualquier camino te llevará ahí.