El futuro de la sanidad

El pasado fin de semana el Club de los Viernes celebró en Madrid una jornada de puertas abiertas a la que tuve el placer de asistir. El programa contemplaba la celebración de una conferencia sobre el futuro de la sanidad, con ponentes de alto nivel, reunidos en una mesa redonda que sirvió para poner de manifiesto los retos a los que actualmente se enfrenta este sector como, por ejemplo, la intervención de las Administraciones Públicas. Esta fue la intervención que hice y que me gustaría compartir también en mi blog para que sirva de reflexión.

(…) «Creo que efectivamente hay un consenso sobre la sanidad pública como activo de la sociedad española. Pero, lo que de verdad es un activo son los valores de la sanidad pública: gratuita, universal, que nos llega a todos, cercana… Sin embargo, tenemos que cuestionar la gestión de la sanidad pública. ¿Lo hacemos lo mejor posible?

Creo que no. Sobre todo porque no podemos gestionar un sistema tan complejo, al que prácticamente dedicamos un 9% del PIB, de igual modo que hace 50 años. Y hay mucha gente de la nueva política que viene con soluciones que son bastante viejas y, en general, ya fracasadas. Y no es una afirmación ideológica. La presión sobre los costes que tiene el estado de bienestar es un hecho que sucede en España y en todo el mundo. La aparición de nuevas enfermedades, la cronicidad, las nuevas tecnologías, el envejecimiento, son globales. Y en todos los países vemos cómo se introducen reformas.

…Reformas que para mí tienen tres puntos en común. El primero, la introducción de valores públicos. Se trata de dar un servicio básico a todos los ciudadanos de un modo sostenible, porque es fundamental que gestionemos bien para dejarles a nuestros hijos la posibilidad de disfrutarlo en el futuro. El segundo punto son los cada vez mayores niveles de especialización. Y esto para mí es muy importante. Igual que creo que el móvil, que todo el mundo hoy lleva en el bolsillo y es una tecnología disponible para todos, estará muy presente en la medicina del futuro y tendrá más influencia en la innovación que los grandes hospitales que se construyeron hace 20, 30 o 40 años, o incluso hace poco.

El tercer punto. Tenemos que ir hacia nuevos modelos muchísimo más flexibles. El nivel de especialización, la respuesta que tenemos que dar a todos los problemas que vamos a tener que hacer frente en los próximos años, no es algo de España. Estados Unidos ha introducido reformas en Obama Care. Reino Unido en el Five Year Forward View. Holanda, Argentina… muchos países están introduciendo reformas. Y España parece insistir en no hacerlo y mantener un statu quo que sólo nos va a llevar a que el sistema público acabe degradándose.

Insisto: no es un tema de ideología. De los cuatro pilares del modelo de bienestar: educación, sanidad, pensiones y desempleo, dos al menos están directamente relacionadas con la demografía. El debate de las pensiones ya está en la mesa. Los políticos dicen que no es un problema, pero todos sabemos que lo será. Y al problema de la sanidad tendremos que hacerle frente con nuevas ideas y nuevos planteamientos para nuevos retos. No es ideología, es demografía.

También me gustaría hablar de la capacidad de elección del ciudadano. Porque es cierto que parece que el Estado monopoliza la decisión. Pero, cuando se le da a elegir al ciudadano, el ciudadano lo tiene claro. Tenemos un ejemplo cada año en el modelo Muface, de colaboración público-privada, en el que el ciudadano valora la elección para sí, no para el conjunto de la sociedad. Y un 85% de ellos decide recibir la asistencia por medio de compañías privadas. Y en los últimos años, con restricciones presupuestarias, hasta los sindicatos de los funcionarios han pedido al gobierno que aumenten las tarifas de estas «perversas compañías privadas» que atienden su salud.

Y si hablamos de los copagos, en España ya existe. El 25% de la población tiene un seguro privado que puede usar para una mayor rapidez en la atención. Y si no, puede usar la sanidad pública. Esto hace realmente distinta a España de muchos países y es un auténtico copago no reconocido por el gobierno. Pero que sí supone un ahorro a la sanidad pública.

Los grandes «defensores de la sanidad pública» parece que quieren que cada vez haya más ciudadanos con seguro privado por la contención del gasto que supone en un entorno complicado. Y que así existan más ciudadanos que paguen dos veces por su sanidad.

Agradezco las palabras sobre el «Modelo Alcira» que se han dicho. No voy a añadir nada más. Pero sí hacer un par de apuntes sobre la actitud de los ciudadanos cuando tiene capacidad de elección y cuando le preguntamos las prioridades que tiene en el sistema sanitario. Hace unas semanas el gobierno valenciano presentó una encuesta con las prioridades de los ciudadanos sobre sanidad. Y aunque les parezca mentira, la primera era la reducción de las listas de espera. La segunda, contratación de más médicos. La tercera, reducción del coste y copagos. La cuarta, dedicación de más recursos en prevención. Y solo un 5% mostró como prioridad la reversión de los conciertos. ¿A ustedes les parece raro? A mí no. Porque hace 15 años venimos diciendo que al ciudadano no le preocupa quién gestiona, sino cómo se gestiona. El ciudadano quiere servicios públicos y cercanos de calidad, que le den soluciones y le hagan la vida fácil.

Al mismo tiempo, estamos en un debate sobre concesiones y modelo de colaboración público-privada. Un modelo de colaboración que forma parte de otros muchos ámbitos de nuestra vida como el agua. Y cuando alguien abre el grifo, no se pregunta si el agua es pública o privada.

El modelo farmacéutico es una colaboración público-privada. La atención sociosanitaria también. Y hay muchos otro ámbitos… La concentración de ataques de unos sectores bastante sectarios sobre estos modelos resulta difícil de entender. Porque a veces van en contra incluso de sus propias informaciones. Y por eso es necesaria la transparencia en el sistema. Lo que más y mejor conviene a quienes creemos en una sanidad pública de calidad y sostenible es la transparencia.

Hace menos de un año, el gobierno valenciano solicitó al auditor público que estudiara el modelo de colaboración público privada y éste sacó cinco conclusiones. La primera, que ahorraba un 25% de los impuestos de los valencianos. La segunda, que el índice de satisfacción por el servicio era superior. La tercera, mayor calidad asistencial. La cuarta, frente a 120 días de lista de espera, 40. Y la quinta, el doble de inversión por habitante. ¿Ustedes creen que recibimos alguna felicitación? No. Lo que recibimos fue la carta para la rescisión del contrato.

Por eso es importante que los políticos piensen en los ciudadanos al hablar de la sanidad. Y que tomen decisiones en consenso, con criterio e informándose.

¿Propuestas de futuro? Hace falta un nuevo modelo de recursos humanos. Si es nuestro principal activo, hay que darle un papel protagonista en el sistema. La tecnología. Hay que introducir masivamente la tecnología en el sistema. El futuro no está en estos grandes edificios. Está en el domicilio, en la corresponsabilidad y en el acceso fácil al ciudadano y al profesional.

La reorganización del sistema. Modelos integrados de salud en hospital y Atención Primaria. Compartir servicios entre hospitales. En Madrid hay una gran experiencia con el laboratorio central y seis hospitales conectados que tenemos la fortuna de gestionar. Y con ahorros del 50%.

No todos los hospitales tienen que hacer todo. Están los modelos capitativos, capaces de alinearse con el objetivo de la Administración pública, que es conseguir el mejor estado de salud de la población. Y estos modelos permiten alinear los objetivos de todos los agentes del sistema. Y además, hay tres palabras que resultan fundamentales en el plano institucional y político.

Transparencia en el sistema. Si pagamos impuestos, quiero que me digan cómo se usan. Gobernanza del sistema. Menos politización, más profesionalización. Y un nuevo papel del Ministerio de Sanidad. Porque este país no puede seguir teniendo 17 mini-sistemas de salud, sino un sistema de salud coordinado y gestionado en 17 comunidades autónomas. Muchas gracias.

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