Un foro abierto al mundo

Hace unas semanas estuve en México participando en el Foro Económico Mundial sobre América Latina. Gracias a esta invitación, he tenido la oportunidad de conocer de primera mano los objetivos, las iniciativas y las ilusiones de un continente que está en ebullición más que en evolución. Una Colombia que se enfrenta al apasionante reto de un país en paz y centrado en el progreso. Un México que está inmerso en importantes reformas para un gran salto adelante en su desarrollo económico y social. Incluso una Cuba que comienza una etapa post-bloqueo y en el que se concentran muchas miradas y expectativas. Estos son tan sólo tres ejemplos de los muchos que podría nombrar.

Más de 750 participantes, entre líderes y empresarios, mostraron durante los cuatro días que duró el foro un aluvión de intenciones y reflexiones para convertir Latinoamérica en una región con más cercanía a todos los niveles. Al igual que ellos, yo también creo que es el momento de América Latina. Es el momento de conseguir, gracias a la consolidación y al desarrollo de una cultura democrática joven y fuerte, la modernidad, el equilibrio social y la ampliación del segmento de las clases medias que son el núcleo de la prosperidad. Es el momento de terminar de consolidar un Estado de Bienestar y, para ello, la colaboración público privada juega un papel fundamental. Tanto en infraestructuras como en educación y sanidad podemos y debemos consolidar un Estado de Bienestar para los ciudadanos del siglo XXI.

Ha sido un verdadero placer poder explicar y debatir, en un entorno tan participativo y con gente de diferentes países latinoamericanos el modelo de colaboración público privada. En concreto, nuestra particular forma de entender la gestión sanitaria, el Modelo Ribera Salud, porque colaboración público privada hay mucha, pero no toda es igual.

Cierto es que cada país tiene su problemática concreta y su modelo sanitario. Por eso, es necesario comprender bien las peculiaridades de cada uno de ellos. Pero los retos a los que nos enfrentamos, y que podría resumir en tres, son globales:

– Hacer un modelo sanitario justo y equitativo para todos los ciudadanos.

– Hacerlo de un modo responsable asegurando su sostenibilidad a largo plazo.

– Hacerlo aplicando esquemas de organización actuales y con alto nivel de especialización.

Estoy convencido que desde la colaboración público privada podemos consolidar un sistema sanitario con valores públicos, sostenible en el tiempo y altamente especializado. Estoy convencido que desde la colaboración público privada podemos contribuir a acelerar y hacer más efectivo nuestro éxito frente a estos enormes retos. Estoy convencido de que en los próximos años veremos muchos ejemplos de que esto es así.

 

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