La fuerza de la razón, frente a la razón de la fuerza

El pasado 1 de diciembre se cumplieron 14 años desde mi incorporación al Modelo Alzira como el primer gerente del Hospital de La Ribera. Durante este tiempo he tenido la oportunidad de participar en multitud de encuentros, jornadas, debates, etc. organizados por todos los agentes implicados en el sector sanitario como Sociedades Científicas, Escuelas Sanitarias y de Gestión, Universidades, Sindicatos, Fundaciones…. En definitiva, organismos públicos y privados, nacionales e internacionales, en los que he podido exponer nuestra visión en defensa de la sanidad pública en general, y del modelo de colaboración público privado en particular, frente a otras posturas que defendían distintos puntos de vista.

Y cuando he leído hace unas horas que la sede del grupo Capio en Madrid ha sido asaltada, en medio del clima de manifestación “anti privatización” que inunda la ciudad de Madrid desde hace unos días, no puedo más que mostrar mi solidaridad hacia el grupo Capio, en nombre de todos los profesionales del grupo Ribera Salud, y hacerlo extensivo a todas las personas que desde sus posiciones y diversas ideologías, defienden sus ideas de una sanidad mejor, tranquila y democráticamente, sin parecer que “todo vale” bajo la premisa de la defensa de la sanidad pública.

En Alzira en el año 1997, el entonces conseller de Sanitat Joaquin Farnos, y uno de los padres del modelo, sufrió un ataque mientras presentaba la maqueta del hospital. Y más recientemente, en una visita al Hospital Infanta Cristina de Parla, el consejero Güemes también fue víctima de los intolerantes.

http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/03/madrid/1354545391.html

http://www.elmundo.es/elmundo/2008/02/22/eleccionesgenerales/1203681050.html

Han pasado varios años, pero hay cosas, ideologías y sobre todo personas que no cambian, que permanecen anclados en el pasado, inmersos en un debate sobre la sanidad pública o privada que ya está superado y sobre todo que carece de sentido común en una sociedad tan avanzada como la nuestra.

Porque yo también soy un fiel defensor de la sanidad pública. Y así lo demuestro desde hace 14 años, desarrollando un modelo que forma parte del Sistema Nacional de Salud. Por eso, y porque creo que en este sector hay un 95% de cosas que nos unen y tan solo un 5% que nos separan, no entiendo que en lugar de aunar criterios, aportar propuestas, sumar ideas y hacer debates en libertad sobre ese 5%, se esté cuestionando la profesionalidad y buen hacer de más de 10.000 profesionales que forman parte del modelo concesional y se esté poniendo en juego, de verdad, la calidad de la atención que reciben nuestros ciudadanos.

Y es que la fuerza de la razón debe ganar siempre a la razón de la fuerza.

2 comentarios en «La fuerza de la razón, frente a la razón de la fuerza»

  1. Estimado Señor de la Rosa:

    1. ¿Cómo explica que absolutamente todos los estamentos médicos estén en contra del modelo de la Comunidad de Madrid? ¿Están todos equivocados?.
    2. No dudo ni por un momento de su talante democrático. Ya que la Comunidad de Madrid, que usted tanto alaba por su valentía, plantea un cambio tan radical en el modelo sanitario, sería necesario plantear una consulta a todos los madrileños. ¿Cree realmente que ganaría su modelo de gestión?
    3. ¿Están sus hospitales preparados para hacer frente a absolutamente a todas las necesidades de los madrileños o cuando se las vean tiesas harán lo de siempre, que es mandar al paciente a la Paz?.
    4. ¿Realmente usted cree, y responda con sinceridad, que su modelo es más barato? ¿De donde viene el ahorro? ¿De una buena gestión o de un abaratamiento de costes que lastran al personal y a los medios necesarios para ser realmente hospitales de óptimas garantías?
    5. Si los gestores de la Sanidad Pública Madrileña viajan muchas veces a la a privada y viceversa ¿Qué ocurre? ¿Que llegan a la pública y se olvidan de gestionar?
    6. ¿Por qué Estados Unidos después de siglos con sanidad privada empieza a recular?.
    7. Y sí D, Alberto, por mucho que lo pretendan ustedes quieren privatizar la sanidad, aunque esta siga siendo universal, pero visto lo visto es cuestión de tiempo.

    Muchas preguntas con respuestas obvias, entiendo que usted quiera defender su modelo y su negocio, pero que el agua moja, que el sol quema y que la privatización de la sanidad es una locura lo defiende gente de izquierda, derecha y cualquiera con dos dedos de frente

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    • Gracias por su comentario. Trataré de responderle desde mi punto de vista a las cuestiones planteadas.

      1. Los 6 hospitales que ha anunciado la CAM que pasan a modelo PPP son hospitales con modelo PFI, es decir, que se trata de hospitales que ya funcionan con un modelo de colaboración público privado. No se está privatizando la sanidad sino profundizando en la colaboración público privada. Muchas de las voces “en contra de la privatización” se han alzado por el total de medidas de reforma anunciadas, no exclusivamente por estar en contra del Modelo Alzira. Nuestra experiencia después de 14 años de funcionamiento en la C.Valenciana es que se trata de un modelo totalmente integrado en el sistema público y aceptado por profesionales y ciudadanos. Y en la Comunidad de Madrid tenemos la experiencia del último proceso de selección de profesionales que realizamos para el Hospital de Torrejón, y al que optaron más de 80.000 personas con cerca de 3000 médicos.

      2. Existe un gran desconocimiento en general, y una tendencia a identificar la gestión privada con menoscabo de la calidad asistencial y con mensajes como “la salud no se vende” o “no hagan negocio con la salud” que confunden a la población. Soy un fiel defensor del sistema público y creo que con el Modelo Alzira precisamente se está salvaguardando su permanencia en el tiempo, respetando unos valores que nadie cuestiona y que son la universalidad y gratuidad de la asistencia sanitaria pública. Si esto se explica bien a la población, y se ofrecen los resultados de más de 14 años de funcionamiento, con hospitales que están ahí, que pueden visitarse y conocer de primera mano, nadie tendría porque desconfiar. Hace falta más pedagogía y menos demagogia.

      3. La cartera de servicios de cualquier hospital independientemente de su modelo de gestión es la que establece la Administración que es la encargada de la planificación sanitaria. No todos los hospitales públicos, de gestión directa o de gestión privada, cuentan con todos los servicios. Aún así, varios de nuestros hospitales cuentan con servicios de referencia como Tratamiento Integral de Cáncer, Cirugía Cardíaca o Neurocirugía. Además, la fórmula de desplazados es ventajosa para la Administración, quien recibe el 100% del coste de la asistencia de un ciudadano del hospital concesional que recibe asistencia en otro hospital, y solo paga el 80% de la atención que recibe en un hospital concesional un ciudadano de otro hospital.

      4. El secreto está en la suma de tres factores: gestión clínica adecuada al s.XXI, política moderna de RR.HH y apuesta por la tecnología y los sistemas de información. Es más fácil flexibilizar los modelos organizativos, innovar e introducir mecanismos de gestión en un hospital de gestión privada que en uno público tradicional. Estamos seguros que gestionamos los recursos de un modo más eficiente, pero es la Administración, como encargada del CONTROL, es quien dispone de los datos comparativos, y según la Administración, este modelo es un 25% más económico que el modelo tradicional, y tiene unos resultados asistenciales y de calidad, al menos igual que el resto de hospitales públicos.

      5. La sanidad pública tiene un gran problema que es su anquilosamiento. Tenemos un modelo sanitario arcaico, que funciona en muchos aspectos igual que funcionaba hace 50 años. Y los gestores públicos se encuentran muchas veces con la limitación de no poder innovar por la existencia de fuertes barreras burocráticas.

      6. 7. La sanidad va a seguir siendo pública, nadie va a permitir que evolucione hacia un modelo privado como el de EE.UU, pero no podemos permanecer estáticos en esta situación que reclama urgentemente un cambio.

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