Recientemente la Fundación Bamberg presento el libro “Ideas para la reforma sanitaria” (mira estos enlaces: http://goo.gl/4K8WF y http://goo.gl/8jTjG ) coordinado por Ignacio Para, presidente de la Fundación y en el que han participado actores importantes del panorama sanitario nacional. Yo he contribuido humildemente con mi visión sobre las reformas necesarias para garantizar la sostenibilidad de nuestro sistema sanitario. Este es mi artículo, que espero que os guste:
Llevo en el sector sanitario más de 22 años. Coincide en el tiempo con el llamado “Informe Abril” y desde entonces estoy oyendo hablar de la necesidad de llevar a cabo reformas en el sistema sanitario español. Lo cierto es que hasta la fecha, todos los intentos de reforma han encontrado dificultades y barreras, internas y externas, incluso en un sector donde hay un 95% de consenso en las acciones a tomar. Sin embargo, todo se ha quedado en buenas intenciones.
Tenemos unas instituciones con estructuras físicas y organizativas de hace 50 años que han demostrado que no saben responder a la evolución de la demanda de la ciudadanía, no han sabido compensar los recursos disponibles con la evolución de una sociedad que envejece, pluripatológica, más y mejor informada, que exige cada vez más a los servicios públicos… El anquilosamiento de las fórmulas tradicionales de gestión ha generado un problema de baja productividad, elevada burocratización, una presión creciente sobre los costes generales del sistema y una falta de recursos y de flexibilidad. Pero el reto al que nos enfrentamos no es la sostenibilidad de la sanidad española, sino la sostenibilidad de la economía española y de España como nación. El gran desafío que plantea la grave crisis financiera actual nos va a obligar a buscar nuevas fórmulas que mejoren la flexibilidad global del sistema y se acometan reformas en áreas tan importantes como el mercado laboral, la Administración Pública o las pensiones. El modelo actual de sector público no es sostenible ni a medio, ni a largo plazo: ha quedado obsoleto.
Por tanto, hay que REINVENTAR LAS INSTITUCIONES manteniendo los valores del sistema, pero introduciendo cambios en la gestión.
¿Cuál es la solución inmediata que se plantea? ¿COPAGO?, pero… ¿A cambio de qué?, es decir, sometemos de nuevo a los ciudadanos a un nuevo esfuerzo y ni siquiera sabemos qué hacer con los recursos de los que disponemos ni con los que se obtendrían. Antes del copago, debemos establecer un NUEVO CONTRATO con los ciudadanos. Decidamos que debemos de hacer, qué medidas son las que debemos adoptar para cambiar la tendencia de la sanidad española, cuáles son nuestros los objetivos, cuáles son nuestras estrategias, y será entonces cuando podremos pensar en contar con la participación, una vez más, tanto del ciudadano-paciente como del ciudadano-contribuyente.
Actualmente existe un clima de consenso sobre la necesidad de reformas en el sistema sanitario que aborden de manera decidida y con acciones concretas los retos a los que se enfrenta nuestro sistema. Es un momento perfecto para buscar la sostenibilidad del sistema sin alterar los pilares fundamentales en los que se asienta el modelo actual y que tanta admiración genera en el resto del mundo, universalidad, gratuidad, equidad…
Antes de plantear debates como el copago si o no, hay que determinar nuestros objetivos, y definir estrategias. En mi opinión, los objetivos son cuatro:
1. Búsqueda de la flexibilidad en los modelos organizativos.
2. Mejora de la eficiencia global del sistema.
3. Responder a los retos del siglo XXI con herramientas del siglo XXI.
4. Movilizar todos los recursos del sistema: públicos y privados.
Para alcanzar estos objetivos debemos replantear la gestión del modelo sanitario en base a las siguientes directrices o estrategias:
1.- Búsqueda de la flexibilidad en los modelos organizativos
a) Modelos de financiación alternativos, que no financien la actividad, sino la salud. Para ello se debe implantar modelos de financiación capitativa con incentivos en función de los resultados de salud.
b) Nuevos modelos de integración asistencial, considerando al ciudadano como el eje del sistema y adaptando el sistema a las personas. Para ello, se integrará la asistencia primaria, hospitalaria, sociosanitaria y laboral, eliminando barreras y niveles asistenciales burocratizados.
c) Generalizar modelos de servicios compartidos, aprovechando los avances en la tecnología, fomentando la alianza entre instituciones y la horizontalidad en los procesos.
d) Simplificar la gestión administrativa no asistencial, diferenciando el CORE de lo accesorio y avanzando en modelos de gestión multihospital.
2.- Mejora de la eficiencia
a) Replantear la política de Recursos Humanos del Sistema Nacional de Salud, mejorando la retribución, vinculándola a mejoras en la productividad y a los objetivos asistenciales.
b) Definir nuevos roles de profesionales, dotandolos de mayor autonomía, desburocratizando la organización y revalorizando su papel en el sistema.
c) Mejorando la productividad, introduciendo la tecnología y flexibilizando la contratación.
d) Replanteando la estrategia de compras, con nuevas herramientas logísticas, market place y corresponsabilidad en el gasto con los proveedores.
3.- Responder a los retos del siglo XXI con herramientas del siglo XXI
a) Sistemas de Información, como estrategia global de gestión de la salud y de gestión en red a nivel nacional.
b) Gestión clínica, en base poblacional y proactividad en la gestión de la salud y prevención de la enfermedad.
c) Estrategia sobre la cronicidad, implicando a todo el sistema sanitario socio-sanitario y social, con una nueva visión del individuo pluripatológico y de mayor edad.
d) Benchmarking sectorial, mejorando la transparncia y la gobernanza y extendiendo las mejores prácticas a todo el sistema a través de un “observatorio independiente de evaluación del sistema sanitario y sus distintos modelos”.
4.- Movilizar todos los recursos del sistema: públicos y privados.
a) Sector farmacéutico: parte de la solución, ya que es fundamental en el I+D+I del sistema, pero haciéndolo más corresponsable en la evolución de los costes.
b) Sector asegurador: colaborador necesario, como verdadero copago del sistema, y buscando mayor interrelación con el sistema público.
c) Sector prestador: colaboración público-privada, en la que se alíe la fortaleza y los valores del sistema público, y la flexibilidad y agilidad del sector privado.
Las GRANDES DECISIONES harán PEQUEÑOS LOS PROBLEMAS.
Sin embargo, es necesario recordar que todos los agentes que participamos, intervenimos o hacemos uso del sistema nacional de salud, ciudadanos, profesionales, y gestores, somos parte del problema, pero también lo somos parte de la solución. Así que hay que ponerse en marcha para conseguir un sistema nacional de salud público, gratuito, universal y solidario, pero también al mismo tiempo un sistema de salud moderno, flexible y sobre todo, sostenible.
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