Esta mañana he estado en Madrid en la Casa de América, -un precioso sitio que siempre me recuerda las raíces que unen España con Latinoamérica-, porque la Asociación por la Excelencia de los Servicios Públicos ha reconocido el trabajo que ha desempeñado el grupo Ribera Salud en el Departamento de Salud de La Ribera. Recoger este premio en estos momentos tan duros supone para nosotros un nuevo impulso. Significa un paso adelante para nunca desistir en la búsqueda de la excelencia en la gestión de los servicios públicos. He querido aprovechar este acto para reflexionar sobre las decisiones que actualmente están adoptando los gobiernos locales y autonómicos. No son medidas intrascendentes; creo que son medidas que perjudicarán la calidad de los servicios públicos que reciben los españoles. Aquí os dejo la intervención que he compartido esta mañana con todos los asistentes para que extraigáis vuestras propias conclusiones.
«Buenos días a todos y muchísimas gracias por el premio que nos ha otorgado la Asociación para la Excelencia de los Servicios Públicos y que recojo con enorme ilusión en nombre de los casi 6.000 profesionales que componen Ribera Salud. Este reconocimiento me gustaría dedicárselo a todos ellos y a todas las personas que con su trabajo y espíritu de mejora permanente están contribuyendo a que España sea un país moderno, innovador, avanzado y transformador.
La sanidad es un tema muy sensible que nos afecta a todos y los retos a los que tiene que hacer frente provocados por los cambios sociales como, por ejemplo, el envejecimiento de la población, los avances tecnológicos, la aparición de nuevos fármacos y nuevas enfermedades son desafíos que afectan a todos los países del mundo; desde los más desarrollados hasta los que aspiran a tener modelos sanitarios avanzados como los que disfrutamos en Europa.
Por ello, sorprende que en nuestro país todavía haya gente que no se dé cuenta de que estos retos, a los que debemos buscar soluciones, no surgen por temas ideológicos sino por temas demográficos. El Estado del Bienestar, al menos dos de sus cuatro pilares (sanidad, educación, pensiones y desempleo) tienen una relación directa con la evolución demográfica. No son problemas que se resuelven con argumentos ideológicos sino que se solucionan con inteligencia; sumando talento, conocimiento, experiencia y financiación tanto del sector público como del sector privado.
El año 2017, período por el que nos han premiado, ha sido un año lleno de contrastes para Ribera Salud. Comenzó el año con la gran satisfacción de que el nuevo gobierno del tripartito en la Comunidad Valenciana, que había encargado un informe a la Sindicatura de Cuentas sobre la evaluación del modelo concesional, concluyó que los hospitales de gestión indirecta suponen un ahorro del 25% a la Administración Pública, que su lista de espera es mucho más reducida, que sus indicadores de calidad son muy superiores, dan una mayor satisfacción al ciudadano y la inversión por habitante es prácticamente el doble.
Ustedes pensarán, ¿cómo es posible que con estos datos se pretenda revertir un modelo que funciona? Este informe nos llenó de alegría pero, un mes después de su publicación, recibimos la comunicación oficial de la Generalitat Valenciana en la que se nos anunciaba la rescisión del contrato de Alzira.
Este es el ejemplo de la mayor inseguridad jurídica que se puede producir pues, tanto si haces como si no haces un trabajo de excelencia la respuesta del gobierno siempre es la misma: ¿qué incentivo tendrá la empresa por hacer un magnífico trabajo?, ¿qué ejemplo damos internacionalmente si el propio gobierno no tiene en cuenta y hace caso omiso a los resultados de los estudios independientes que encarga?
En su introducción Enrique Linde, Catedrático de Derecho Administrativo y ex Subsecretario del Ministerio de Cultura, ha alabado el entusiasmo y optimismo que caracteriza al grupo Ribera Salud. Y es verdad. Somos optimistas porque si miramos a largo plazo, creemos que este país será más serio independientemente de la situación que atraviese; que frente a los prejuicios se antepondrán los datos, que frente al sectarismo habrá consenso y diálogo; y que frente a la imposición responderemos con transparencia.
Llegado a este punto, me gustaría hablar de los ciudadanos. ¿Qué piensan ellos realmente? Justamente ayer la Generalitat Valenciana publicaba su barómetro donde la sanidad es la segunda preocupación para los valencianos. Los 2.016 encuestados nombraron sus tres prioridades en cada materia y, en el área de Sanidad, precisamente los temas más sonados y que con más vehemencia ha defendido la Conselleria de Sanitat, no aparecen en las primeras posiciones. La prioridad más mencionada es la reducción de las listas de espera, seguida de la contratación de más profesionales sanitarios, de la reducción del coste de medicamentos para los pacientes y de la dedicación de más recursos a la prevención de enfermedades. Tan sólo un 5% menciona como prioridad la reversión de los conciertos. ¿A ustedes les sorprenden estas conclusiones? A mí no.
En Ribera Salud llevamos más de 15 años diciendo que al ciudadano no le preocupa quién gestiona sino cómo se gestiona. En nuestras encuestas de satisfacción el 94% desconoce el modelo de gestión del Departamento de Salud de La Ribera. Eso es sentido común; eso es atender las necesidades de los pacientes, eso es lo que nuestros ciudadanos reclaman a los servidores públicos y a los responsables de los servicios públicos. Todo lo demás dará una satisfacción a corto plazo y acarreará problemas en un futuro.
En nombre de los ciudadanos, que son nuestra principal razón de ser, y en nombre de nuestros profesionales a los que defenderemos hasta el último día les agradezco muy especialmente la concesión de este premio.
Muchas gracias».