Desafortunadamente, estamos viviendo un momento en el que hay discursos de determinados colectivos que pretenden influir sobre la opinión pública difundiendo todo tipo de argumentos contrarios a la colaboración público privada con tal de suprimirla o revertirla. Poco o nada importa que en sanidad, el modelo de gestión desarrollado por Ribera Salud facilite la equidad en el acceso a los servicios sanitarios, como tampoco se valora su eficiencia, su calidad asistencial, el ahorro que supone, o el grado de satisfacción de nuestros ciudadanos. Como intrascendente parece también el futuro de los trabajadores de los centros gestionados bajo este tipo de colaboración, en caso de volver a la gestión directa tradicional.
Siempre hemos convivido con las críticas ante la falta de informes y estudios que avalen nuestra manera de gestionar el sistema sanitario. Algo que nunca he comprendido porque nuestra gestión ha sido avalada, por ejemplo, por las reconocidas universidades de Berkeley o Harvard, incluso por instituciones tan prestigiosas como el Banco Mundial, y muchos otros organismos nacionales e internacionales que nos han estudiado, a los que ahora hay que añadir, de forma muy destacada , el informe de la Sindicatura de Cuentas. Por primera vez una auditoría del Síndic de Comptes, encargada por el propio gobierno valenciano, pone en valor nuestra forma de trabajar. Por responsabilidad, por transparencia y por buen gobierno siempre hemos reclamado la elaboración de informes independientes y este último me congratula especialmente aunque me sorprende que, siendo tan contundente, nadie haya vuelto a hablar de él desde su publicación.
Desde Ribera Salud siempre hemos abogado por la claridad en la rendición de cuentas a la ciudadanía, la responsabilidad y la participación activa de los agentes implicados en la gestión (especialmente de los profesionales) porque la mayor o menor eficiencia de la colaboración público-privada está directamente relacionada con las normas de buen gobierno. Creo que todo es mejorable y, como pone de manifiesto el propio informe de la Sindicatura de Cuentas, yo también considero que se deben mejorar diversos aspectos del contrato con el gobierno adaptándolo a nuevos modelos de gobernanza pública. Para que la colaboración público-privada sea eficiente, es imprescindible que la Administración Pública asuma el papel de organizador, regulador y controlador. La planificación, el control y la evaluación de la gestión de la colaboración público-privada son necesarios para lograr la eficiencia y la eficacia en la externalización de un servicio de forma sostenida en el tiempo. Solo así, la competencia y la experiencia de la empresa privada generarán valor público para la Administración y los ciudadanos.