Los últimos datos autonómicos recopilados por el Gobierno demuestran un nuevo empeoramiento de los tiempos de espera quirúrgica en el Sistema Nacional de Salud y, de nuevo, lamento que la lista de espera quirúrgica del Sistema Nacional de Salud (SNS) vuelva a ser catastrófica. Según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad publicadas la semana pasada, el tiempo medio de espera para poder operarse en el Sistema Nacional de Salud alcanza ya los 115 días, cuando seis meses antes era de 83. Si lo comparamos por comunidades autónomas, las diferencias entre unas y otras son abismales, pasando de los 182 días de Canarias o los 173 de Cataluña, a los 115 de la Comunidad Valenciana, a los 50 días del País Vasco, 49 de La Rioja o los 33 y 39, respectivamente, de Melilla y Ceuta.Ahora bien, me gustaría matizar que estos datos que se han publicado corresponden a 31 de diciembre de 2016. En la Comunidad Valenciana la cifra ha mejorado levemente en el primer trimestre del 2017 pasando de los 115 a los 104 días, según los datos facilitados por el programa Alumbra de la Conselleria de Sanitat. No es una reducción importante y refleja que todavía queda mucho trabajo por hacer. De hecho, es una reducción ‘ficticia’ porque la razón de esta disminución es la intervención de aquellos pacientes que llevaban esperando más de 180 días para su intervención, pero la realidad es que el número de personas que esperan una intervención quirúrgica ha aumentado en más de 2.000.
Desde hace casi 20 años, en Ribera Salud, trabajamos por y para la Sanidad Pública, y desde la Sanidad Pública. Nuestro modelo de gestión ha creado en la Comunidad Valenciana los pilares para hacer de nuestra sanidad pública un sistema más sostenible, más eficiente y eficaz, capaz de responder con mejores herramientas a las necesidades de los ciudadanos y a los retos del futuro. A ello se suma la transparencia a la hora de informar sobre las listas de espera en nuestros Departamentos de Salud, las inversiones realizadas, las tecnologías que estamos aplicando la contratación y estabilización de nuestros profesionales o el aumento de la actividad, como factores fundamentales que nos indican que estamos en el camino correcto.
No lo debemos estar haciendo tan mal cuando los ciudadanos a los que atendemos en los Departamentos de Salud que gestionamos en la Comunidad Valenciana esperan menos que los del resto de hospitales públicos. Así, retomando nuevamente los datos del pasado mes de marzo facilitados por la Conselleria de Sanitat, frente a sus 104 días nuestros ciudadanos de la Ribera esperan 54 días y los de Vinalopó y Torrevieja esperan 30.
Supongo que todos al ver estos números, independientemente del color político, coincidiremos en señalar en que estamos incumpliendo el principio de equidad en el acceso al sistema público de salud y la lista de espera seguirá creciendo si no somos capaces de superar la confrontación ideológica entre lo público y lo privado. No me cansaré de repetir que somos complementarios. Fomentemos la integración de los recursos para el buen aprovechamiento de la población porque al final, y me duele decirlo, son los pacientes los que siempre pierden.
La salud es lo más importante, y su gestión debería de estar alejada de la ideología y basarse en resultados. En esta entrada les dejo nuestros datos. Ahora extraigan sus propias conclusiones.
Siempre pensé que, efectivamente, son completamentarios; cada uno de ellos, con sus fortalezas y con sus debilidades. Jamás me planteé la posibilidad de una confrontación ideológica por considerarla incompatible con el derecho a la salud de las personas y por haber vivido, hasta ahora, una época de feliz y respetuosa convivencia de profesionales dentro de un amplio abanico de opciones tanto ideológicas como de otro tipo. Siempre, allá donde haya ido (y van ya unos cuantos sitios bien distintos) se ha impuesto de una forma más bien espontánea, natural, y humana, lo que ahora debería convertirse en un obligatorio entendimiento entre opiniones y opciones opuestas y/o divergentes. Sin entrar en cuestiones sobre las que no me considero competente para opinar, lo que no debe ocurrir es que sea el paciente quien vea mermados sus derechos.
Nuestra sanidad, la de la Comunidad Valenciana, dista aún mucho de la excelencia en distintas regiones y ambitos determinados y en mejorar estos aspectos debería estar centrado todo nuestro esfuerzo; soy de la opinión de que aún queda mucho por hacer en muchos campos y de que todos nuestros gestores deberían hacer un pequeño gran esfuerzo por dejar a un lado cualquier rencilla política y poner de su parte para llegar a un entendimiento justo y lógico a través del cual podamos salir beneficiados todos.