Hace unas semanas tuve el honor de participar en la Jornada de reflexión sobre las ineficiencias del modelo sanitario, celebrada por la Fundación Bamberg en el Ateneo de Madrid. Aquí os dejo mi intervención.
SOBRE FINANCIACIÓN DE LA SANIDAD
Podríamos hablar de muchas cosas en materia referente a la financiación. Pero me gustaría lanzar, antes de comenzar, algunas ideas. En primer lugar, quiero mostrar mi incomprensión ante la inexistencia de una financiación per cápita independientemente del lugar o del territorio que se habite. Si bien es cierto que podría haber un fondo de cohesión para, por ejemplo, territorios como Baleares, Canarias así como en determinadas situaciones concretas, considero que es injusta la diferenciación de ciudadanos en función del territorio.
En segundo lugar, debemos hablar de todos los planteamientos de ineficiencia en la financiación. Si hablamos de copago, por ejemplo, debemos matizar algo. Es posible que un señor que está activo y gana 700 euros al mes pague el 40% de la medicina, al igual que otro señor que gane 3000 euros al mes y también pague ese mismo porcentaje. Esto es algo que el Estado debe plantearse, dejando a un lado la función de Estado paternalista propio de los años 40 o 50.
Pero volvamos al principio, hablábamos de inequidad territorial. Creo que se deben potenciar todos los sistemas de facturación de servicios entre comunidades autónomas hacia terceros, léase medicina deportiva, laboral, automóviles, y por supuesto, hacia otro tipo de países. Como gestores, tenemos la responsabilidad de potenciar todos estos ingresos.
Y desde luego deberíamos replantearnos la medicina laboral, un sistema de financiación que está a nuestro lado. Si tenemos una responsabilidad en materia de salud laboral con el ciudadano, esa financiación debería incorporarse al sistema. Hay que replantearse legalmente las situaciones. Pero esto a nivel macro, si hablamos de comunidades autónomas hay que plantearse que debe de haber una financiación capitativa por ciudadano, que de comunidad autónoma para abajo todas las organizaciones, tanto hospitalarias, como de atención primaria y sociosanitaria, deben de tener también una financiación capitativa.
Porque independientemente de que todo el mundo en la sala sabe que soy absoluto partidario de la financiación capitativa, es porque esta financiación nos implica cambios organizativos y nos implica un modo de hacer las cosas distintas. Porque el objetivo de la financiación capitativa es conseguir una salud mejor. Cuanto mejor sea la salud, evidentemente mas ahorros tendremos en el sistema. Con lo cual, no trabajamos en base a presupuestos históricos trasnochados ni en base a presupuestos por actividades. Sino buscando la salud y buscando la eficiencia y la coordinación de todos los niveles.
Si eso lo hacemos con las organizaciones, hay que pensar que los profesionales también deben estar alineados al modelo de financiación y de prestación que queremos hacer. Desde luego no estoy a favor de reducciones de los salarios de profesionales, sino que estoy a favor de variabilizar una parte sustancial de los salarios de los profesionales vinculándolos a resultados en salud y a la productividad.
Y por último, los proveedores. Todos tenemos que darnos cuenta de que debemos de cambiar nuestro modelo de negocio. Ya no podemos tener crecimientos de dos dígitos. Antes el presidente de la Fundación Lilly hablaba de una reducción de un 11%. ¿Cuantos sectores económicos en España están teniendo reducciones superiores al 11%? Tampoco creamos que somos los más castigados de la economía española. Probablemente tenemos todos que darnos cuenta que en esta crisis tendremos que salir de ella con un modelo de negocio también distinto.
SOBRE LA RELACION ENTRE LA SANIDAD PUBLICA Y PRIVADA
Creo que este es un tema fundamental. Ahí desde luego está claro que hay que definir el aseguramiento público qué es lo que nos va a cubrir. Estamos en el momento de replantear qué cartera de servicios y qué va a financiar ese aseguramiento público.
Y la verdad es que contar con todos los recursos económicos del sector privado que hay en el sistema me parece que ya no es cuestión de ideologías. Sino que es una cuestión primero, de inteligencia. No estamos en estos momentos para desaprovechar todos los recursos financieros que pueda haber en el sistema. Y luego lo que está claro es que también es una cuestión de necesidad. Creo que tenemos que dejar de lado la demagogia en la utilización de todos los recursos que tenemos en el sistema. Y desde mi punto de vista evidentemente, el futuro no va a estar en aumentar la Administración, sino todo lo contrario. Hay que adelgazar la Administración.
Para ello en cuanto a la provisión, si una parte es el aseguramiento público, definirlo. Debemos introducir mecanismos de racionalización, evitar duplicidades, integrar ya a todos los niveles asistenciales. La primaria, especializada, sociosanitaria, la red social… Esto hay que aprovecharlo.
Tenemos hospitales planteados para un tipo de enfermos que no es el del futuro. Son hospitales pensados para un enfermo agudo, quirúrgico y de alta tecnología. Y sin embargo nuestro sistema sanitario debe enfocarse hacia pacientes pluripatológicos, de edad, con una serie de necesidades completamente distintas. Y desde la Administración hay que reconocer que es difícil y lento dar esa respuesta. Insisto en el tema laboral. Creo que de algún modo, el paciente, el ciudadano paciente y ciudadano contribuyente, hay que plantearle esta doble visión que debe de tener. No todo es pensar en ciudadano paciente, evidentemente, sino también en el ciudadano contribuyente porque todos contribuimos a la financiación del sistema. Y nosotros como gestores tenemos que aportar lo que es un nuevo contrato social, en el que desde dentro vamos a aportar posibilidades y alternativas de una mejor gestión de todos estos elementos de ineficiencia.
Antes se ha dicho, y evidentemente me parece que es muy importante ponerlo encima de la mesa, la necesidad de eliminar las duplicidades en servicios de referencia, guardias de distintas especialidades, de referencias en las grandes ciudades, duplicidades en la gestión de servicios en los hospitales o en la gestión de laboratorios, por ejemplo, en centralización.
Elementos que con la nueva tecnología, con la creación de nuevas posibilidades con la tecnología nos permite racionalizar el gasto sin disminuir la atención al ciudadano, sino todo lo contrario.
Son elementos que si en cualquier industria se han planteado como una posibilidad de mejora y de racionalización no entiendo porque en la sanidad no lo tenemos que plantear. O no nos lo debe de exigir el ciudadano. Si estamos utilizando recursos públicos debemos de hacerlo de un modo muy eficiente. Y tenemos una larga lista de elementos donde las duplicidades y las ineficiencias en la gestión, están ahí. Creo que es una buena oportunidad para replanteárnoslo. Y desde luego intentar utilizar todos los recursos de un modo inteligente, como decía antes.