La semana pasada asistí en la sede de ESIC Valencia a la presentación de “Marketing Sanitario, Evolución-Revolución”, libro coordinado por la Dra. Asunción Hernández, profesora del Departamento de Comercialización e Investigación de Mercados de la Universidad de Valencia, y el Dr. José María Martínez, presidente del Instituto para la Gestión de la Sanidad, y en el que ha colaborado la Directora de Comunicación de Ribera Salud, Angélica Alarcón.
Tuvieron el privilegio de estar acompañados por el profesor Santiago Grisolía, Presidente del Consejo Valenciano de Cultura y Secretario de la Fundación Valenciana de Estudios Avanzados, con el que tuve la oportunidad de hablar sobre los retos y oportunidades que tiene por delante el sector sanitario de cara a la evolución de la pirámide poblacional, las enfermedades crónicas y la importancia de las nuevas tecnologías en la comunicación con los pacientes del futuro.
Nuestra organización ha apostado fuertemente, desde sus inicios, por el Departamento de Marketing y Comunicación a pesar de que, los más críticos, siempre vean con suspicacia en nuestro sector la existencia de un Plan de Comunicación. Sin embargo, nuestra experiencia de más de 16 años demuestra que el marketing puede analizar el estado actual de la población a la que servimos, anticiparse a sus necesidades y, en definitiva, potenciar la calidad del servicio colaborando en los planes de salud y ayudando a satisfacer las expectativas del ciudadano, que es el objetivo de todos.
Cuando inauguramos el Hospital de la Ribera muchos miraban con desconfianza la existencia de un Departamento de Comunicación. En esto también fuimos pioneros. Entendíamos la comunicación con un doble objetivo. En primer lugar, queríamos acercar a los ciudadanos el nuevo hospital, hacerlo más amigable, que vieran un centro comprometido con su salud, que quería solucionar sus problemas, que era un centro seguro, que tenía buenos profesionales, en definitiva, quería ser ‘uno más de la familia’ ya que los vecinos de esa comarca carecían de servicios asistenciales. Y, en segundo lugar, queríamos implicar a todos los profesionales, queríamos que se sintieran protagonistas del proceso de cambio, que sintieran el hospital como propio, que el éxito de uno fuera el éxito de todos, que la equivocación de uno fuera el error de todos. Para eso era necesario crear una cultura de excelencia y una marca, Ribera Salud y el Departamento de Marketing y Comunicación era imprescindible.
Cierto es que hoy muchos hospitales ya cuentan con Departamento de Comunicación, pero en la actualidad existen muy pocas publicaciones que profundicen en el marketing sanitario. Por eso, estoy convencido que este libro se convertirá en un excelente manual para los futuros ‘Dircom’ que encontrarán respuesta en él por la precisión de los contenidos, los casos prácticos, las numerosas referencias bibliográficas en las que se apoya, y sobre todo por la capacidad de todos los co-autores para explicar de un modo tan claro un concepto tan complicado como es la comunicación hospitalaria. Enhorabuena Angélica por tu trayectoria profesional, académica y por ser, una vez más, una pionera.