Repasando papeles de escritorio estos días de vacaciones, encontré un artículo que escribí al poco de fallecer Vicente Ferrer, en el que contaba mi experiencia cuando tuve la enorme suerte de conocerlo por el hermanamiento del Hospital de La Ribera con el Hospital de Bathalapalli en La India.
Me siento afortunado por haber conocido a quien sin duda es uno de los grandes personajes del siglo XX, cuya obra excepcional ha contribuido a que millones de personas mejoren su calidad de vida. Su propia vida es un ejemplo de entrega a los demás.
Para mi, ha sido y es un referente de los valores que debemos introducir en lo personal, pero también en el ámbito profesional, y sobre todo en organizaciones que prestan un servicio público, tan esencial e importante como es la sanidad. Y estoy orgulloso porque en las organizaciones en las que participa el grupo Ribera Salud ha ido creciendo este sentimiento de solidaridad, cuyo germen fue sin duda el Hospital de La Ribera y la comisión 0,7 puesta en marcha por la Dra. Pilar Luna. Ese sentimiento de solidaridad se ha ido implantando y así hace días leíamos sobre el convenio del Hospital de Manises con la Fundación Cavadas para operar a africanos, por poner un ejemplo.
Es lo que quiero llamar “el espíritu de Vicente Ferrer”, uno de los valencianos más universales.
Este es el artículo que os comentaba.
http://www.levante-emv.com/opinion/2009/08/17/vicente-ferrer/621807.html