De Rosa: «Puig ha engañado a los ciudadanos y a los trabajadores de Alzira y Torrevieja»

Entrevista publicada en Valencia Plaza el 6 de mayo de 2023

«Puig ha engañado a los ciudadanos y a los trabajadores de Alzira y Torrevieja». Así lo considera el presidente de Grupo Ribera, Alberto de Rosa (València, 1962), quien ha visto cómo en los últimos años, el llamado modelo Alzira de sanidad público-privada, ha ido retrocediendo en la Comunitat Valenciana bajo el gobierno del Botànic. Primero, el departamento de La Ribera, que pasó a la gestión pública en 2018 tras la finalización del contrato y que da nombre al modelo. Después, el de Torrevieja, que transitó el mismo camino el pasado año. Ahora, los departamentos de Dénia y Manises -gestionado por Sanitas- están los próximos en la cola, ya con el aviso de reversión para 2024 dado por la Generalitat, y para el año siguiente quedaría el de Elx-Crevillent.

Mientras desmantelan el modelo público-privado en la Comunitat Valenciana, la compañía sigue su camino fuera de la autonomía, con proyectos que van desde Cascais (Portugal) a Kuwait y que avanzan tras la compra de Ribera por parte de la francesa Vivalto Santé a la norteamericana Centene Corporation. Un proyecto con el que buscan avanzar en la expansión de su sistema de colaboración con el sector público, además de seguir ahondando en la sanidad privada. Un terreno en el que ya cuentan con centros en la Región de Murcia y Galicia. En 2022, la compañía cerró el año con 700 millones de facturación y un ebitda de 50 millones de euros.

De Rosa trabaja como directivo en el sector sanitario desde 1990, primero en Nisa, luego en Quirón y desde 1998 en Ribera Salud, donde puso en marcha y dirigió el hospital que dio nombre al modelo Alzira. En 2007 asumió la Dirección General del grupo Ribera para posteriormente ocupar el puesto de consejero delegado, hasta que en 2020 dio el relevo a Elisa Tarazona. Desde ese año hasta 2022 fue director ejecutivo para Europa y, tras la venta del grupo a Vivalto Santé, operación en la que él y varios directivos de Ribera tomaron un 25%, fue nombrado presidente de la compañía.

– ¿Se ha abierto un nuevo horizonte con la compra de Ribera Salud por parte de Vivalto Santé?

– El año 2022 ha sido realmente importante en la historia de Ribera Salud. Hemos estado nueve años con Centene Corporation. Ha sido una etapa extraordinaria para nosotros y, tras la muerte de Michael Neidorff, hubo un cambio en la estrategia del grupo, que decidió centrarse en el mercado doméstico, en Estados Unidos. En ese momento, el equipo directivo de Ribera Salud decidió dar un paso hacia delante y encontrar un inversor que fuera compatible y preservara los valores de la compañía.

Encontramos a Vivalto Santé, que es el tercer grupo francés. Además, muy interesante porque tiene una peculiaridad, y es que el 30% del capital de la compañía está en manos de médicos. Por la cercanía, y porque son un grupo hospitalario, tenemos muchos puntos en común, una visión parecida de la sanidad, de sus retos y estoy convencido de que tenemos un camino por delante muy interesante.

«QUEREMOS TENER CADA VEZ MÁS PRESENCIA DENTRO DEL SECTOR PRIVADO»

– ¿Qué planes han definido para esta nueva etapa de Ribera?

– En 2022 teníamos tres proyectos al mismo tiempo que eran transformacionales para la compañía. El primero era la compra de un grupo hospitalario privado en la Región de Murcia, el hospital Virgen de la Caridad. Para nosotros era muy importante, porque queremos tener cada vez más presencia dentro del sector privado. Por otro lado, el proyecto de parcería o PPP de colaboración público privada en Cascais (Portugal). Participamos en el concurso y al final fuimos adjudicatarios.

Tenemos el proyecto de Kuwait donde, por primera vez, en la región de Oriente Medio, se ve que el modelo que impulsó Ribera Salud es importante para desarrollar una sanidad de calidad y centrada en los trabajadores extranjeros que están en éstos países del golfo. Estos tres proyectos venían de la etapa de Centene, pero conseguimos que Vivalto Santé no solo los asumiera, sino que los apoyara completamente. Así que, en 2023, los estamos consolidando.

– ¿Y hay alguna línea más que se quiera potenciar?

-Dentro de España tenemos dos hubs. El del Atlántico, fundamentalmente Galicia, donde tenemos tres hospitales y algunas clínicas, y lo queremos desarrollar. Luego tenemos el del Mediterráneo, donde también queremos profundizar. También estamos buscando oportunidades bien de compra o de construcción de centros en zonas que entendamos que son estratégicas para la compañía.

Fuera de España también miramos, porque Ribera Salud tiene un 16% de facturación internacional. En Centro Europa, tanto en Eslovaquia como en la República Checa tenemos compañías y queremos crecer. Y luego, miramos en sitios donde estén buscando socios los gobiernos para implantar modelos como el de Ribera Salud, por lo que estamos más que abiertos, como es el caso de Kuwait.

– ¿Qué papel tiene Vivalto Santé? ¿Ribera es autónoma en su estrategia?

– Con Vivalto Santé tenemos una relación distinta que con Centene. El equipo fundador de la compañía tiene una participación accionarial de un 25% y es verdad que previamente a la compra se pactó una serie de acuerdos en el que vamos a compartir toda la estrategia con ellos. Pero Ribera Salud es responsable en España y Centroeuropa de cualquier actuación, porque ya estábamos allí y es un mercado que nos parece muy interesante. También de los proyectos de colaboración público-privada que puedan surgir donde sea, desde Portugal a Kuwait. Tenemos un acuerdo de accionistas en el que vamos a compartir nuestra estrategia y plan de acción con Vivalto Santé, pero para nosotros era importante esta visión histórica de Ribera Salud de la colaboración público-privada y acuerdos a largo plazo con gobiernos.

– ¿No se plantean la puesta en marcha o gestión de algún hospital más en la Comunitat Valenciana? ¿Se embarcaría en algún proyecto de hospital privado o ya hay suficientes?

– Por supuesto. Queremos estar en la Comunitat Valenciana. Recientemente hemos inaugurado una clínica en la zona de Torrevieja, en Ciudad Quesada. Una clínica ambulatoria, sin hospitalización, pero es la primera presencia que tenemos en el ámbito privado en la provincia de Alicante y en la autonomía. Desde luego, estamos abiertos a analizar cualquier proyecto o construcción.

«UNO DE LOS GRANDES PROBLEMAS DEL SISTEMA PÚBLICO ES LA ACCESIBILIDAD AL SISTEMA»

– ¿Pero se está analizando alguna posibilidad? ¿Hay todavía margen para abrir más hospitales privados en la Comunitat Valenciana?

– Creo que, desgraciadamente, estamos viendo que la gestión de la sanidad pública, con el actual gobierno, es bastante deficiente. Eso está llevando, como es lógico, a que la gente se esté sacando pólizas de seguro y el mercado privado está aumentando considerablemente en la Comunidad Valenciana por la gestión del gobierno de Ximo Puig.

– ¿Siguen aumentando las pólizas de seguro a pesar de la inflación?

– Tanto en la crisis de 2008 como en la covid el mercado de seguros de salud no se ha comportado como podríamos pensar, como un bien de lujo. Se ha comportado casi como un bien de primera necesidad en el que el número de pólizas ha ido aumentando. Han aparecido nuevos actores. El crecimiento en el mercado ha sido muy relevante y a mí me sorprendió en el 2008.

Sin embargo, no me ha sorprendido tanto ahora, porque uno de los grandes problemas del sistema público es la accesibilidad. La atención primaria está saturada. Hay unas listas de espera como nunca se habían visto en la historia de España y la gente necesita accesibilidad y resolver problemas, por eso están aumentando las pólizas de seguro, así como los conciertos por parte de los gobiernos regionales.

– ¿Cómo cree que están funcionando los hospitales de concesión devueltos a la gestión pública?

– Han funcionado tremendamente mal. No lo digo yo. Aparece en prensa que este puente de mayo: el Hospital de Torrevieja no tiene radiólogos, y cualquier persona que necesita una ecografía tiene que ser trasladada. Un alcalde de un pueblo de La Vega Baja denunciaba la necesidad de movilizar a una niña de 10 años al Hospital General de Elche porque no había radiólogo y tardó la ambulancia cuatro horas. Pilar de la Horadada se ha llegado a reunir con la Comunidad de Murcia para ser tratados allí.

Fuera de opiniones, yendo a los hechos, tanto en Alzira como en Torrevieja la plantilla se ha incrementado en un 50% y las listas de espera han aumentado tremendamente. Curiosamente, la derivación al sector privado ha aumentado más que nunca. De hecho, todos los hospitales privados han puesto en marcha centros. Vithas ha montado en la ciudad de Alzira un centro médico porque las listas de espera en consultas son tremendas. Un fondo de capital riesgo compró una clínica. Y nosotros, en Torrevieja, también tenemos una clínica. Se ha ido desarrollando el sector privado a medida que se ha ido deteriorando el servicio que se estaba prestando.

«PUIG ME PIDIÓ PERSONALMENTE UN INFORME DE ALZIRA EN EL QUE VIMOS QUE LOS COSTES SE HABÍAN INCREMENTADO CASI EN 80 MILLONES DE EUROS»

Al final, la Sindicatura de Cuentas hizo un estudio profundo de estos hospitales, que se han nacionalizado. A mí no me gusta decir revertir, porque nacieron desde cero, se nacionalizaron, y lo que es un hecho es que ha aumentado la plantilla y supone más costes para los valencianos. Han aumentado las listas de espera, por lo que también se da un peor servicio a los ciudadanos. Ximo Puig me pidió personalmente un informe de Alzira en el que, antes de la covid, vimos que los costes se habían incrementado casi en 80 millones de euros. Y yo me pregunto, cuántas viviendas sociales, institutos y hospitales podrían construirse con 200 millones de euros.

– En la Conselleria de Sanidad dicen que Grupo Ribera pone problemas, obstáculos y dificulta mucho los procesos de reversión.

– Nosotros lo que hacemos es defender nuestros derechos y nadie en un país democrático debe decir que los ciudadanos o las empresas no deban defenderlos. Cada día me sorprende más que un gobierno, como es el valenciano, ponga permanentemente en cuestión a empresarios y empresas. Yo le pido al presidente Puig que deje de permitir que en su gobierno haya actitudes antiempresariales con insultos a los empresarios, en vez de crear el Día de la Empresa como si fuera una especie a salvar.

– En este caso no son insultos, sino una crítica a su actitud ante la reversión.

– Nos han insultado en Las Cortes Valencianas, todos los consellers y, al final, nosotros intentamos que las cosas salgan bien. El problema es que la Generalitat Valenciana insiste una y otra vez en hacer las cosas mal y cuando no le salen, echan la culpa al que había antes. Eso es de mucha mediocridad. Para mí, Ximo Puig ha engañado a los ciudadanos tanto de Alzira como de Torrevieja, prometiéndoles una mejor sanidad que no ha cumplido, y ha engañado a los trabajadores, a los que les prometió unas mejores condiciones. Me remito a las huelgas y manifestaciones y concentraciones que se han dado.

– Vienen elecciones, ¿dan totalmente por perdidas las concesiones?

– Yo lo que espero es lo mismo que veo en Portugal. Veo un Gobierno que tiene un color político, socialista, y que pide al tribunal de cuentas que haga un análisis de las concesiones que existen. Y el resultado es que se da una mayor calidad a un mejor coste. Entonces, el presidente de la república, el primer ministro y el consejero de Sanidad toman la decisión de que, como gobernantes responsables, si un servicio es mejor y se da a menos coste, el modelo de mantiene y por eso Ribera Salud está en Portugal.

Por eso me gustaría que los nuevos gobernantes, sean quienes sean, hagan un buen uso de los recursos públicos en un momento de crisis y a la vez den un buen servicio a los ciudadanos y no ocurra lo que estamos viendo. Yo no doy por perdido nada, espero que nuestros gobernantes sean responsables.

– ¿Han hablado con Mazón o con alguien del PP acerca de la cuestión?

– Hablamos con todas las personas que quieren hacerlo con nosotros. El otro día, estuve con un alto cargo del Gobierno valenciano que me dijo que había que votar a Ximo Puig porque el desastre económico que estaba dejando tenía que ser gestionado por quienes lo habían generado. No daré indicaciones para que no se pueda identificar. Pero nosotros hablamos con el PP y con quien quiera. Y a todos les decimos lo mismo, no es defender o no un modelo, sino evaluar con organismos independientes y lo que funcione se deje y lo que no se cambie.

– ¿Pero le han transmitido su idea o su programa de cara a las concesiones?

– No. Yo les he transmitido cuál es mi idea, pero ellos no la suya.

– Si se prorrogaran las concesiones en el caso de que saliera un gobierno que fuera favorable, ¿en qué condiciones se debería hacer esa prórroga? ¿Se podría bajar la cantidad que se paga?

– No lo sé, porque no le he dedicado tiempo a pensar en ese escenario. Ya veremos qué sucede. Mi obligación es trabajar para hacer Ribera Salud más grande. Si nos vemos en un escenario en el que un gobierno responsable decide sentarse con nosotros, lo estudiaremos con la lealtad absoluta que hemos tenido con todos los gobiernos que se han querido sentar con nosotros, independientemente del color político.

– Lo de la compra de la concesionaria de Manises por parte de Ribera quedó enterrado pero, ¿podría volver a retomarse?

– No sé cuál es la idea de Sanitas y no sé si esa hipótesis se va a producir,  pero nosotros en su momento tuvimos interés en llegar a un acuerdo y si se diera una situación favorable, volveríamos a tener interés.

– ¿Ha tenido la oportunidad de hablar con el conseller de Sanidad, Miguel Mínguez? ¿Cuál ha sido su sensación?

– No he tenido la oportunidad. La consejera delegada de Ribera Salud sí, se reunió una vez con él. Le dijo que lo harían de forma periódica y nunca más se ha dado una reunión. Elisa Tarazona, que es la única mujer y médico responsable de una compañía en el sector sanitario español, pidió cita al presidente Ximo Puig y no se la ha dado desde que fue nombrada hace año y medio.

– ¿Le ha ofrecido algún partido entrar en alguna lista o ser conseller de Sanidad?

– Todo el mundo sabe que yo no me voy a dedicar jamás a la política. Lo he tenido muy claro desde siempre. Pero nadie me ha ofrecido nunca nada. Sé que hay muchas leyendas urbanas al respecto, pero si me lo ofrecieran saben que no. Creo en la empresa privada, en la colaboración público-privada y que ante los retos que vamos a tener en Sanidad en los próximos diez años, hacen falta empresas con una visión a largo plazo. Pero ni me lo han ofrecido ni lo aceptaría nunca.

– ¿Cómo ha visto la huelga de médicos en la sanidad pública?

– Otro de los puntos negros en esta etapa del presidente Puig ha sido el maltrato que se ha tenido con los médicos de la sanidad pública. Nunca un gobierno ha tenido seis condenas por falta de atención a los médicos, como no vacunar a los facultativos de la privada en la covid. Médicos y enfermeras con la covid hicieron una labor extraordinaria, nunca debemos dejar de reconocérsela, y creo que se debería plantear con ellos un diálogo permanente. Y la huelga es la demostración de que no se ha producido. Ahora, a última hora se han mejorado algunas condiciones, pero no me parece una política seria.

– ¿Qué solución daría para las listas de espera de la sanidad pública?

– Siempre digo que la colaboración público-privada no es amiga del populismo porque los populistas intentan dar soluciones rápidas y fáciles a problemas complejos, y el problema de las listas de espera es muy complejo. Soy partidiario de introducir flexibilidad en el sistema público. De que haya incentivos serios a los profesionales. Con Ribera Salud, entre un 20 y un 25% del salario eran incentivos. Pero no solo del área quirúrgica, sino también médica. Hay que involucrar al médico en la gestión del sistema, es fundamental.

«LAS CONCESIONES HAN DEMOSTRADO QUE SE PUEDE HACER UNA MEJOR GESTIÓN DE LAS LISTAS DE ESPERA»

Cuando alguien dice que es un problema estructural por ser el sistema público, yo digo que no. Porque si no, en las concesiones, no habríamos tenido unas listas de espera tan bajas en comparación con el sistema público tradicional. Las concesiones han demostrado que se puede hacer una mejor gestión de las listas de espera, de la gestión de la salud en un área, pero para eso hay que tomar decisiones, introducir mucha más flexibilidad en el sistema público y tener mejores resultados a medio plazo.

– ¿Flexibilidad en qué sentido?

– Para mí, los grandes retos de la sanidad de la próxima década son el envejecimiento poblacional, la cronicidad de muchas enfermedades, la falta de profesionales, la atención primaria por su saturación… Hay una suma de factores que convierten a la próxima década en claves para la organización de la sanidad. Entonces, lo que hay que hacer es darle al profesional más protagonismo del que tiene en la actualidad. Hay que darle flexibilidad horaria, salarial… Hay falta de médicos y enfermeras.

– ¿También sufre Ribera la falta de profesionales?

– Totalmente. La falta de profesionales afecta al país, pero también a Portugal o Francia. Es un problema de Occidente. Pero no se soluciona con jornadas más reducidas. Sino buscando flexibilidad y dejando que la gente se adapte la jornada a sus necesidades.

– ¿Se debería aumentar el número de plazas en las universidades?

– Uno de los grandes misterios de la sanidad es que, en un sector donde médicos y enfermería tienen que estar colegiados para poder ejercer, perfectamente se sabe la pirámide de edad de los profesionales. Con lo cual, la planificación sería fácil de hacer mirando los próximos años. La complejidad llega al tener que juntarse Ministerio de Educación, universidades, Ministerio de Sanidad y autonomías, pero debería convertirse en fácil.

– Están a vueltas con el convenio colectivo de Dénia porque Abogacía dice que es lesivo para la Generalitat.

– El caso de Dénia es la gota que colma el vaso. En Alzira, ya pasó que firmamos un acuerdo colectivo y la Generalitat fue a decir que era lesivo para ellos. Recientemente lo retiraron y llegaron a un acuerdo con los trabajadores, supongo que por miedo a movilizaciones. En Torrevieja es peor, porque firmamos un acuerdo con los trabajadores, Sanidad no tenía nada que decir, pero nos pidieron que no lo firmáramos y lo recurrieron. La comunicación de lesividad la hicieron tras quedarse el hospital. A los trabajadores les decían una cosa, pero los servicios jurídicos hacían otra.

Pero en Dénia, cerramos un acuerdo de los trabajadores después de años reivindicándolo con unas condiciones buenas y que fue firmado por unanimidad y, antes del final del contrato, ya dicen que es algo lesivo. Que lo hagan antes de que ellos nos hayan enviado la carta de final de contrato me parece una desvergüenza por su parte.

«ME GUSTARÍA QUE EL GOBIERNO QUE ESTÉ EN LA GENERALITAT SEA UN GOBIERNO CON DIÁLOGO CON LAS EMPRESAS PRIVADAS»

– ¿Siguen los atascos en los pagos de las liquidaciones de las concesiones?

– La verdad es que no. En ese punto se ha trabajado muy bien por parte de la conselleria y se ha avanzado en los últimos meses.

– Sanidad implantó la derivación directa a la privada de los pacientes cuando la lista de espera quirúrgica sea mayor a 60 días. ¿Qué le parece la medida?

– Es una solución coyuntural. Es una buena decisión. Son estas medidas coyunturales que me gustaría pensar que no es por la cercanía de las elecciones, aunque lo afirmo. Es por las elecciones. Pero me gustaría que el gobierno que esté en la Generalitat sea un gobierno con diálogo con las empresas privadas y ver cómo entre todos podemos dar un mejor servicio a los ciudadanos. Lo que es increíble es que los tres consellers de Puig en Sanidad hayan realizado una persecución al sector privado, al que se ha demonizado.

No se ha dejado a las universidades privadas que sus estudiantes hicieran prácticas en hospitales públicos, se ha intentado derivar lo mínimo posible, conflictos con el IVO, las concesiones atascadas en Las Cortes… Espero que Puig diga que ha sido un error esa actuación y que para la próxima legislatura se propongan otro tipo de cosas.

– Desde el punto de vista económico, ¿cómo cerraron 2022 en Ribera? 

–  Terminamos en torno a los 700 millones de facturación, lo que nos convierte en el segundo grupo de España. En 2023 nos acercaremos a los 900 millones. En 2022, cerramos con algo más de 50 millones de ebitda y, este año, como todos los proyectos en los que hemos entrado son nuevos, esperamos en torno a los 60.

– ¿Hay alguna licitación pendiente similar al modelo Alzira?

– En Oriente Medio hay mucho movimiento de proyectos de colaboración público-privada. Es interesante porque, cuando hablas con gente de toda esta zona, todos los países del golfo han definido estratégicamente que ellos están en medio de Occidente y Oriente y quieren jugar un papel similar al de Suiza en el siglo XIX y todo el siglo XX. Suiza estaba en mitad del imperio alemán, francés, y ellos quieren asumir ese rol y optar por modelos de salud muy modernos.

Muchas veces, nosotros estamos pensando los problemas de la concesión de Dénia, y la sanidad, a nivel global, tiene retos muy importantes en cada región. En America Latina, en Europa Occidental, Oriente Medio, y estoy convencido que Ribera es una compañía conocida internacionalmente y que el modelo es muy interesante y atractivo y lo será más en el futuro. No con el mismo que tenemos, porque yo soy de los que creen que no podrás gestionar igual que hace cincuenta años. Tecnología como la inteligencia artificial va a cambiar la sanidad.

– Ribera puso en marcha una empresa tecnológica, Futurs.

– Tenemos más de 400 personas en esta área. Es de las cosas que más orgulloso me siento. Primero, porque al final el departamento de sistemas de un hospital se dedica a lo urgente y no a lo importante. Crear una compañía separada de todo lo demás y centrada en la innovación, la tecnología y desarrollos de inteligencia artificial es clave. Y la alianza con Lanzadera y otras instituciones nos ha llevado a desarrollar cosas que no hay en Europa.

Además, seguimos dando servicios a nuestros antiguos accionistas de Centene porque creamos un vínculo. Estamos abiertos a implantar nuestra tecnología en otros proyectos para terceros, aunque no es el objetivo principal. Fue Bill Gates quien hace poco dijo que la inteligencia artificial es el sector que más iba a revolucionar era la sanidad. Estoy totalmente de acuerdo.

– Anunció una querella contra Mónica Oltra por declaraciones en el programa Salvados. ¿La ha interpuesto?

-La querella está presentada en el juzgado de Alcobendas, donde está la sede social de La Sexta. Entiendo que es una persona que ha debido de pasar un estrés importante, pero eso no significa que se dedique a insultar a gente y a realizar hipótesis sobre su propio fracaso como persona y política en el intento presuntamente de encubrir toda la situación del abuso a la niña. Pero ese no es mi problema. Mi problema es que sacó una foto en un programa televisivo y eso no se lo voy a permitir.

«LA QUERELLA CONTRA OLTRA ESTÁ PRESENTADA EN EL JUZGADO DE ALCOBENDAS»

Vuelvo a decir, que me parece que el presidente Puig no puede permitir ese tipo de actuaciones de gente de su gobierno. En Las Cortes sacó la misma foto pero era vicepresidenta…, debería prescindir de ellos. Luego vemos lo que pasa con Ferrovial, que se va de España por un ambiente antiempresarial, y en la Comunidad Valenciana vemos actitudes parecidas.

– ¿Qué es lo que más le molestó de la foto?

– Que dijera que yo había participado en una especie de cacería política, sacando la conclusión de una foto en Atocha cogiendo el AVE. Foto que parece ser que había hecho Baldoví, que era alcalde de Sueca cuando yo dirigía el Hospital de Alzira. Si lo hubiera visto, también lo habría saludado; no tengo ningún problema en saludar a nadie.

– ¿Por qué decidió contratar a la víctima del exmarido de Oltra y a su pareja en Torrevieja, de donde fueron despedidos tras la reversión?

– De los 1.500 contratos que había en el hospital, el único contrato que nos pidieron fue el de la niña. Los despidieron, pero estuvieron buscándolos para despedirlos. Ha sido abusada mientras nuestros gobernantes tenían la obligación de cuidarla, porque estaba tutelada por el Gobierno valenciano. La contratamos porque pensé que de algún modo le podíamos ofrecer una salida y un cambio de vida que no fuera en el ambiente de dónde estaba, sino alejada, y creí que podía ser una buena actuación. Estuvo casi cinco meses, y si lo hubiera pensado antes, antes la habría contratado.

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