Como ejercicio de transparencia, el Consell ha publicado recientemente el último estudio de opinión. Un barómetro que la Generalitat realiza anualmente y que recoge datos de enorme interés para entender cuáles son las preocupaciones de los valencianos. En este nuevo pulso a la sociedad valenciana, la sanidad ha escalado hasta la segunda posición convirtiéndose en una de las principales preocupaciones para los ciudadanos. Así, lo han reflejado los 2.016 encuestados que conforman la muestra. Todos ellos nombraron sus tres prioridades en cada materia y en el área de Sanidad, precisamente, el tema más sonado y que con más vehemencia ha defendido la Conselleria de Sanitat, -la gestión privada de un servicio público-, no aparece entre las primeras posiciones.
Por el contrario, la prioridad más mencionada es la reducción de las listas de espera, seguida de la contratación de más profesionales sanitarios, de la reducción del coste de medicamentos para los pacientes y de la dedicación de más recursos a la prevención de enfermedades. Tan sólo un 5% menciona como prioridad la reversión de los conciertos. ¿A ustedes les sorprenden estas conclusiones? A mí no.
En Ribera Salud llevamos más de 15 años diciendo que al ciudadano no le preocupa quién gestiona sino cómo se gestiona. Los ciudadanos realmente lo que valoran es que no tengan que esperar varios meses para ser atendidos, que se les acierte con el diagnóstico lo más rápido posible para iniciar el tratamiento. Valoran la estrecha relación con su profesional sanitario, que conozca su historia, que pueda comunicarse con él sin tabús, con cercanía, con intimidad y confianza. Los pacientes quieren innovación, les gusta comunicarse con sus especialistas y consultar su historia clínica mediante aplicaciones móviles o vía online porque, al mismo tiempo que les da tranquilidad, les permite movilidad. Valoran las actividades de promoción de la salud y de la prevención de la enfermedad, pero no entran a valorar quién le ofrece todas estas ventajas.
Esto, que puede parecer una obviedad, es el sentido común de los ciudadanos y que coincide con el diagnóstico de nuestra compañía. En Ribera Salud, nos alegramos mucho de que ambas visiones coincidan.
Confío en que el resultado de este barómetro sirva para relajar el ambiente hacia la colaboración público privada y hacia todas las empresas privadas que tendemos la mano a las Administraciones Públicas y espero, de verdad, que estos resultados sirvan para reorientar la actual política sanitaria.
Por favor, después de este estudio de clima, no me parece razonable que la colaboración público privada siga siendo la prioridad de los políticos cuando no es la de los ciudadanos. Sumemos. Siempre lo digo: sumemos. Los dos, sector público y sector privado, compartimos el principal objetivo que no es otro que el de ofrecer el mejor servicio público de salud a nuestros ciudadanos pues, sabiendo los grandes retos a los que tiene que hacer frente el sistema sanitario, creo que no podemos permitirnos ser un país de exclusividad pública.