La publicación sanitaria New Medical Economics, a través de los votos del Consejo Editorial y sus lectores, ha concedido a Ribera Salud el premio a la ‘Mejor Política de Transparencia a la Sociedad’. Ayer estuvimos en Madrid recogiéndolo y debo confesar que, este reconocimiento, me hace especial ilusión por el momento que estamos viviendo.
Estamos en la época de mayor controversia sobre el modelo de colaboración público privada en sanidad, de mayor debate, polémica e incluso de intentos de desprestigio hacia los gestores y empresas que, desde hace años, colaboramos fielmente con las Administraciones Públicas y contribuimos a posicionar el sistema sanitario español entre los mejores del mundo. Y cuando hablamos del sistema sanitario español, hablamos tanto de la sanidad pública como de la sanidad privada. ¿Por qué seguimos empeñados en crear confrontación en vez de sumar esfuerzos, conocimiento y talento?
Se acusa al sector privado de ‘opacidad’, ‘lucro’, ‘negocio’, ‘explotación laboral’, ‘mayor gasto’, ‘rescates’, ‘prácticas inapropiadas’… Unos calificativos que, lamentablemente, los partidarios del mantenimiento del statu quo y de sus propios privilegios (comúnmente conocidos como mareas blancas) han marcado sobre la identidad corporativa de todas las empresas gestoras que trabajamos de la mano de las Administraciones Públicas.
Las principales voces críticas hacen hincapié en la ausencia de datos rigurosos e informes emitidos por voces autorizadas que pongan de manifiesto la mayor eficiencia y calidad del modelo de colaboración público privado frente a la gestión directa tradicional. En ese contexto, la transparencia se ha convertido en un elemento clave para el futuro de todas las organizaciones.
Si bien el sector sanitario, tanto el público como el privado, ha adolecido y adolece a día de hoy de no contar con un observatorio (iniciativa que llevo reclamando desde hace años y que hoy vuelvo a hacerlo desde este blog) que evalúe y transmita a la sociedad el valor que genera este modelo de gestión, -a similitud de lo que ocurre en otros países de nuestra querida Unión Europea-, es cierto que el sector privado “se ha puesto las pilas” en este sentido, en parte obligados por la necesidad de poner en valor su gestión. No olvidemos que la mayor defensa del modelo de colaboración público privada es el benchmarking y la presentación de resultados a la ciudadanía.
Estamos en la época de mayor transparencia del modelo privado y del modelo de colaboración público privado en sanidad. Ejemplo de ello es el informe de la Sindicatura de Cuentas, los informes periódicos de la Fundación Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (IDIS), la guía de la colaboración público privada de la Confederación Empresarial Valenciana (CEV), o el estudio comparativo entre las concesiones sanitarias de la Comunidad Valenciana y los hospitales de gestión directa de Cataluña editado por la Fundación Gaspar Casal y la Universidad Pompeu Fabra. Y, hace apenas quince días, se ha presentado el compromiso ‘Lazarillo de Tormes’, sobre la prioridad de la colaboración público privada en sanidad, editado por la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA), y el informe “Hospitales privados en Europa: un apoyo a sistemas de salud más sostenibles”,elaborado por Hans Martens en colaboración con la Unión Europea de Hospitales Privados (UEHP).
Todos ellos ponen de manifiesto que la colaboración público privada debe basarse en una interacción independiente acordada y propicia para todas las partes, con mecanismos, pactos, procesos y reglas claras para evitar posibles conflictos e implantar una buena estructura de seguimiento que permita mejorar y avanzar de forma constante.
En Ribera Salud también hemos hecho un esfuerzo por la transparencia interna y externa y, prueba de ello, es la puesta en marcha de una Política de Compliance en la organización, la colaboración en numerosos estudios comparativos nacionales e internacionales sobre nuestro modelo de gestión, la creación de un Portal de Transparencia con acceso directo a datos de índole económica y asistencial, o la edición de informes y publicaciones sobre el modelo concesional, entre muchas otras iniciativas.
A iniciativa propia hemos trabajado para trasladar a la sociedad un mayor conocimiento sobre el funcionamiento de nuestro modelo, conscientes de que en el desconocimiento y la confusión entre ‘gestión privada’ y ‘privatización’ se encuentra el origen de la mayoría de las críticas. Este premio, sin duda, es un nuevo impulso para para hacer de la transparencia un valor diferencial en nuestra organización
Totalmente de acuerdo, Ablerto. La transparencia es el gran tema pendiente, sobretodo que la gente pueda entender que existe una intención de ser transparentes y poder salir de los estigmas de la sanidad privada.