Vocación y generosidad: una juventud comprometida

En esta crisis por la pandemia global del COVID19, todos los profesionales del grupo Ribera Salud están dando lo mejor de sí mismos. Somos una organización de personas que servimos a personas y en estas semanas nuestra plantilla ha demostrado que va siempre un paso más allá para garantizar la mejor atención posible a quienes más la necesitan. Palabras como implicación, vocación, compromiso, entrega o tesón se quedan cortas ante la excelencia de la labor que están haciendo. Médicos, enfermeros, auxiliares, técnicos, celadores, personal de Admisión, Sistemas, Administración, limpieza… Siempre hay voluntarios para cubrir turnos, ayudar a compañeros, mantener nuestros centros a pleno rendimiento y, además, colaborar con las diferentes acciones que estamos llevando a cabo para humanizar la estancia de nuestros pacientes y que se sientan lo más acompañados posible en la soledad del aislamiento al que obliga este virus.

Bueno, pues además del orgullo que siento por representar a un elenco de profesionales tan comprometido y vocacional, hoy quiero poner en valor la implicación, la valentía y la solidaridad de un grupo de nueve estudiantes de la Escuela de Enfermería del Hospital Povisa, en Vigo, que  se han ofrecido voluntarios para trabajar los dos próximos meses como técnicos superiores donde más casos se están produciendo, en la Comunidad de Madrid. Son estudiantes del último año, ocho chicas y un chico que quieren trabajar para los demás desde ya y poner al servicio de una sociedad que les necesita todo lo que han aprendido en sus años de formación. Y además, asumen este reto con ilusión y hasta con alegría por tener la oportunidad de colaborar. 

Siempre he tenido claro que la juventud española es mucho más de lo que algunos quieren trasladar. Y sin duda, este grupo de estudiantes de Enfermería de Povisa son un ejemplo para otros jóvenes y para todos. Desde este blog, les agradezco profundamente el entusiasmo con el que se han ofrecido a estar en la primera línea en un momento tan duro y complicado. Porque su decisión no está exenta de sacrificio y esfuerzo. Se marchan desde Vigo (y una compañera suya desde Canarias, donde reside, aunque estudia en Povisa) a Madrid, dejando a sus familias y la comodidad de su casa para trabajar en una región que está sufriendo especialmente las consecuencias más duras de esta crisis sanitaria global.

Cuando Ribera Salud adquirió Povisa, sabíamos que sumábamos al grupo un proyecto sanitario icónico, con un gran orgullo de pertenencia y magníficos profesionales, que además cuenta con un auténtico tesoro: su Escuela de Enfermería. Este centro de formación nos pareció un valor que hay que preservar y potenciar. Y sin duda, este grupo de voluntarios de la escuela demuestra que estábamos en lo cierto.

La decisión de estos jóvenes de trasladarse a Madrid para trabajar en el corazón de la lucha contra la pandemia es una noticia que me ha emocionado, la verdad. Porque ellos encarnan uno de los principales valores de Ribera Salud: la vocación de servicio. Porque nuestra organización está comprometida con los profesionales de hoy y los del mañana, con la salud de nuestros pacientes, con la humanización, con la cercanía y la proximidad a la población a la que atendemos, con la tecnología y con la calidad en la atención que ofrecemos. Y estos jóvenes representan el espíritu humanístico, la entrega y el valor del compromiso que Ribera Salud defiende y traslada internamente y con nuestros pacientes. 

Además, tienen un mérito especial porque han dado un paso al frente en uno de los momentos más difíciles de la historia reciente de nuestra Sanidad. Y esto es algo que hay que aplaudir como profesional de la Sanidad pero también como ciudadano.

Y acabo ya. Sin duda, una de las lecciones que estamos aprendiendo de esta crisis es que el orgullo que sentimos por la Sanidad no es un intangible, ni un sustantivo genérico. La Sanidad no “es” sin los profesionales que sustentan el sistema sanitario español. Sí. Tenemos los mejores sanitarios del mundo. Y los estudiantes de Povisa demuestran que la vocación continúa. Por eso cada día aplaudimos a los profesionales de la Sanidad. Ellos son nuestro valor más preciado y admirado.

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